martes, 4 de noviembre de 2014

“La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios” San Agustín.


Oración
Velen y oren, para que no caigan en la tentación.

“La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios”
San Agustín.
Cristo nos dijo...
“CONVIENE ORAR SIEMPRE”.
La oración es un acto de la voluntad, por el cual expresamos nuestros deseos y exponemos nuestras necesidades a Dios.
“Pidan y recibirán, busquen y encontrarán... Llamen y se les abrirá”... (Mt 7-7 y 8).
La oración nos une a Dios, que es el manantial de todos bienes... Dios por su naturaleza, es todo bondad, que desea incesantemente difundirse... Es una fuente que rebosa, quiere derramarse y como salir de sí... Dios está siempre buscando un corazón para llenarle de sus bienes y la oración nos vacía de nosotros mismos con el conocimiento de nuestra pobreza y nos llena de Dios y de sus gracias.
La oración es un sacrificio de alabanza, un perfume de todas las virtudes que se ofrece a Dios... La fe, la esperanza, la caridad, la humildad, la paciencia, la perseverancia, la resignación, la conformidad con la voluntad de Dios, la devoción, el fervor y la obediencia, componen el sagrado bálsamo de la oración.
Además la oración es todopoderosa, porque se funda en la promesa que hace Jesucristo y la confirma con juramento de que nos concederá lo que le pidamos... Lo cuál imprime en la oración una virtud imponente, porque se sirve de los méritos infinitos del Salvador y procede del Espíritu Santo, que ora en nosotros y con nosotros con GEMIDOS INENARRABLES.
“Velen y oren, para que no caigan en la tentación”.
El hombre no puede dar un solo paso para buscar su salvación... Su voluntad puede apartarle de Dios, pero no puede volverle a Él, pues sin su gracia, ni aún el nombre de Jesús podemos pronunciar, ni hacer la más pequeña acción que nos sirva para la vida eterna... Es necesaria la oración para suplicar su misericordia... Por esto decía David... “Bendito sea el Señor, que dejándome el poder de orar, me ha dado un medio seguro de alcanzar su misericordia”.
Algunas opiniones sobre la oración
“¿Santo sin oración?...
No creo en esa santidad”... CAMINO 107
“La oración es tan necesaria, como la respiración en la vida corporal”
San Benito.
“El que ora se salva y el que no ora se condena”
San Alfonso.
“Por esto les digo... Todas las cosas que pidan en la oración, crean que las recibirán y alcanzarán”
(Mc 11-24).
“Piden y no reciben, porque piden mal,
para gastarlo en sus codicias”
(Santiago 4-3).
La oración debe ir acompañada de las debidas disposiciones y una de ellas es que el alma esté en paz con Dios.
“Si presentas a Dios tu ofrenda junto al altar y ahí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra tí, deja tu ofrenda y vete primero a reconciliar con tu hermano y enseguida presenta tu ofrenda a Dios” (Mt 5,23-24).
“Los varones deben tratar con consideración a su mujer, como a quien es más débil, dándole el debido honor, como a heredera también de la gracia de la vida, para que no hallen obstáculo tus oraciones” (1 Pedro 6,5-6).
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas que hacen oración en las sinagogas y en las plazas para exhibirse entre los hombres... En verdad les digo, ya recibieron su recompensa... Mas tú, cuando ores, entra en tu recámara, cierra con llave la puerta y haz tu oración a tu Padre en secreto... Y tu Padre, que mira en secreto, te recompensará”. (Mt 6,5-6).
“En verdad les digo, que si dos de ustedes se unen en oración para pedir cualquier cosa, les será otorgado por mi Padre que está en los cielos... Pues donde quiera que estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mt 18,19-20).
“Dios -dice San Agustín - está más dispuesto a dar, que nosotros a recibir”.
Para que la oración sea infaliblemente escuchada por Dios (Jn 9-31) deberá estar acompañada de cuatro cualidades:
SINCERIDAD (Mt 6,5-8)
HUMILDAD (Lc 18,9-14)
CONFIANZA (Mt 21,22)
PERSEVERANCIA (Lc 11,5-10)
La oración que Cristo nos propuso como modelo de oración es
EL PADRE NUESTRO
(Mt 6,9-13) (Lc 11,2-4).
Cristo con su doctrina y ejemplo nos enseñó la importancia y valor de la oración
(Mt 7,8; 21,22;26-41) (Lc 22-46).
Cristo pasaba a menudo noches enteras en oración y los Evangelios nos han conservado algunas de sus oraciones (Mt 26-39) (Jn 11-41) (Jn 17,1-26).
“Verdaderamente ha aprendido a vivir bien, quien ha aprendido a orar bien” San Agustín.
La salvación solo es posible por medio de la oración.
Es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer (Lc 18-1).
Si quieres vivir bien, has oración.
Si quieres salvarte, has oración.
Si quieres santificarte, has oración...
Es el gran secreto de la santidad.
“Dios no manda imposibles, pero quiere que hagamos lo que podamos y pidamos lo que no podemos”
(Concilio de Trento)

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