Mujer :un largo camino has recorrido y algo me dice que aún te faltan como cuatro décadas más.Solicita al Altísimo salud ,amor y una vejez de grandes enamoramientos.''YO''
lunes, 31 de agosto de 2015
VITA PRO NOBIS, GENERAL!
Moreno niño que de Corrientes
Lejos te llevaron para tu bien,
Tus triunfos en Arjona y Bailén
Luego nos harán Independientes.
Lo noble de tu altiva mirada
Es para Sire una asonada
Que prologan las farsescas querellas
Entronizando a Pepe Botellas.
Tu audaz regreso lautarino
Despierta los pueblos cisplatinos,
Iniciando extrema pendencia
Exigiendo la Independencia.
Tu genio militar en potencia
Pergeña ínsula dispendiosa,
Eliges tu querida Mendoza
Como tu Pueblo y tu conciencia.
El pícaro y el monaguillo
Escuchan atentos tus arengas,
Claman que Tú la Llama mantengas
Libre, Viva, en El Plumerillo.
La mole andina no te arredra,
El Pueblo a tu Corvo se aferra,
El difícil Mar ya no te aterra,
¡Libre América, Libre la Tierra!
Hazañosa Victoria en San Lorenzo
Permite que amartilles tu trabuco,
Pariendo Libertades en Chacabuco
Y es Maipú, del Perú libre, comienzo!
De la ingrata Entrevista, el ostracismo
Permite te reencuentres contigo mismo,
Triste, sin Remedios, es la dulce Merceditas
Quien te salva de nuestras luchas interdictas…
Retornas a tu Europa formadora
Y en Francia, tu enemiga otrora,
Hallas, gracias al fiel Amigo Aguado,
Paz y Sosiego, con dos nietas al lado…
Trasciendes la humana, fútil huella,
Nos guías desde tu sin par Estrella,
A los que han heredado con Honor,
La Patria que nos diste con tu Dolor…
Tal ha sido tu Honradez y Nobleza
Que para descubrir al enemigo
De la Patria, del Estado, del Amigo,
Alcanza con espejear tu Grandeza…
Claro está: Tu palabra hoy no se escucha,
Contra la maldita corrupción ya nadie lucha;
Sólo esperamos de aquellas que gobiernan
Sigan Tus ejemplos, tus Glorias, o, se pierdan!!!
Hasta aquí hemos llegado con la vera relación
De Aquel que, con su propia Vida, fundó nuestra Nación.
El Arriero del Plumerillo.-
Las Heras, Mendoza, 15 de septiembre de 2011
EL DOLOR...
El dolor ¿se mitiga, se convive con él, se cierra, desaparece, alumbra, quema, sostiene, vivifica..?
Hay dos movimientos, el dolor y el amor, flujo y reflujo de la existencia. Cuanto más hondo cala el dolor, más espacio tendrá el amor para experimentarse y viceversa. Occidente optó por negar todo el dolor. El dolor siempre había sido la gran conciencia humana, la conciencia de la acritud, pero en la actualidad el dolor es un asunto técnico. Lo resuelven los médicos, ya no hay reflexión en el dolor. Hemos eliminado los tres espacios que nos colocan en la reflexión más honda: la vejez, la muerte, la enfermedad. Son los tres espacios que nos dicen que nos vamos a morir y que nos enfrentan y nos enseñan que la vida tiene una radicalidad.
Hay dos movimientos, el dolor y el amor, flujo y reflujo de la existencia. Cuanto más hondo cala el dolor, más espacio tendrá el amor para experimentarse y viceversa. Occidente optó por negar todo el dolor. El dolor siempre había sido la gran conciencia humana, la conciencia de la acritud, pero en la actualidad el dolor es un asunto técnico. Lo resuelven los médicos, ya no hay reflexión en el dolor. Hemos eliminado los tres espacios que nos colocan en la reflexión más honda: la vejez, la muerte, la enfermedad. Son los tres espacios que nos dicen que nos vamos a morir y que nos enfrentan y nos enseñan que la vida tiene una radicalidad.
"Hay que dejar que la vida nos viva" Hugo Mujica, poeta y sacerdote
SOLIDARIDADDIGITAL.ES
Vanidad de ser recuerdo
Ya ni siquiera es tormento,no es dolor ni sufrimiento,
tener la espalda cansada,
fria el alma,
hincado el sueño.
tener la espalda cansada,
fria el alma,
hincado el sueño.
Haber recorrido tanto sin descansar un momento,
dejando huellas que hoy pesan,
rencores,remordimiento
y tambien sonrisas claras,besos,noches y silencios.
dejando huellas que hoy pesan,
rencores,remordimiento
y tambien sonrisas claras,besos,noches y silencios.
Retoños que ya volaron,retoños que dieron frutos,
retoños los que hoy adustos,repiten viejas palabras,
palabras que entre alboroto,risas llantos y algun grito,
calcan el tiempo que otrora,compartieran en su nido.
retoños los que hoy adustos,repiten viejas palabras,
palabras que entre alboroto,risas llantos y algun grito,
calcan el tiempo que otrora,compartieran en su nido.
Pero el tiempo que se acorta,va desterrando vivencias,
entumece los sentidos,destrona titulo y logros,
abraza con impiedad,al corazon desgajado,
anuncia,solido y duro,que este andar va feneciendo.
entumece los sentidos,destrona titulo y logros,
abraza con impiedad,al corazon desgajado,
anuncia,solido y duro,que este andar va feneciendo.
Hasta mi sombra furtiva,desaparece ,se esconde,
fueron años,sombra amiga,testigo de tanta vida,
de a mi lado y en silencio,compartir vida y misterio
de recorrer hermanados,vinos,rosas,sentimientos.,
.
fueron años,sombra amiga,testigo de tanta vida,
de a mi lado y en silencio,compartir vida y misterio
de recorrer hermanados,vinos,rosas,sentimientos.,
.
Hoy los pasos se enladrillan,
el pecho pide quietud,saciado de tanta vida.
Es el ser y ser recuerdo,momentos de un mismo tiempo?
Vanidad sin desperdicio de eternizar vida y sueños.
el pecho pide quietud,saciado de tanta vida.
Es el ser y ser recuerdo,momentos de un mismo tiempo?
Vanidad sin desperdicio de eternizar vida y sueños.
Elias Sami
sábado, 29 de agosto de 2015
25 secretos que Jesús reveló a santa Faustina Kowalska para protegerse de los ataques del demonio
Aquí están los secretos que Jesús reveló a su pequeña novia Faustina sobre cómo protegerse de los ataques del demonio. Estas instrucciones se convirtieron en el arma de Faustina en la lucha contra el maligno enemigo.
Jesús comenzó: "Hija mía, quiero enseñarte acerca de la guerra espiritual"
1. Nunca confíes en ti misma, sino abandónate completamente a mi voluntad.
La confianza es un arma espiritual. La confianza es parte del escudo de la fe que san Pablo menciona en la Epístola a los Efesios (6,10-17): la armadura del cristiano. El abandono a la voluntad de Dios es un acto de confianza; la fe en acción disipa los malos espíritus.
2. En la desolación, oscuridad y dudas, acude a Mí y a tu director espiritual, él siempre te escuchará en mi nombre.
En tiempos de guerra espiritual, reza inmediatamente a Jesús. Invoca Su Santo Nombre, que este es muy temido en el inframundo. Traiga las tinieblas a la luz diciéndoselo a su director espiritual o confesor y siga sus instrucciones.
3. No negocie con cualquier tentación; enciérrate inmediatamente en Mi Corazón.
En el Jardín del Edén, Eva negoció con el diablo y perdió. Tenemos que recurrir al refugio del Sagrado Corazón. Corriendo hacia Cristo, es como le damos la espalda a lo demoníaco.
4. A la primera oportunidad, releva la tentación a tu confesor.
Una buena confesión, un buen confesor, y un buen penitente, son una receta perfecta para la victoria sobre la tentación y la opresión demoníaca, ¡esto no falla!
5. Pon tu amor propio en el último lugar, de modo que este no contamine tus obras.
El amor propio es natural, pero debe ser ordenado, libre de orgullo. La humildad vence al diablo, que es el orgullo perfecto. Satanás nos tienta al amor propio desordenado, que nos lleva a la piscina del orgullo.
6. Ten gran paciencia contigo misma
La paciencia es un arma secreta que nos ayuda a mantener la paz de nuestra alma, incluso en las grandes tormentas de la vida. La paciencia con uno mismo es parte de la humildad y la confianza. El diablo nos tienta a la impaciencia, a que se vuelva contra nosotros mismos de modo que nos enojemos. Mírate a ti mismo a la vista de Dios. Él es infinitamente paciente.
7. No descuides las mortificaciones interiores.
La Escritura enseña que algunos demonios sólo pueden ser expulsados con oración y ayuno. Las mortificaciones interiores son armas de guerra. Pueden ser pequeños sacrificios ofrecidos con gran amor. El poder del sacrificio por amor desaloja al enemigo.
8. Siempre justifícate a ti misma las opiniones de tus superiores y de tu confesor.
Cristo habla a santa Faustina que vive en un convento. Pero todos tenemos personas con autoridad sobre nosotros. El diablo tiene como objetivo dividir y conquistar, de manera que la humilde obediencia a la auténtica autoridad es un arma espiritual.
9. Rechaza las murmuraciones como a una plaga.
La lengua es una poderosa embarcación que puede hacer mucho daño. Estar murmurando o chismeando, nunca es de Dios. El diablo es un mentiroso que suscita acusaciones falsas y chismes que pueden matar la reputación de una persona. Rechaza las murmuraciones.
10. Deja que todos actúen como quieran; pero tú tienes que actuar como Yo quiero que lo hagas.
La mente de uno mismo es la clave en la guerra espiritual. El diablo es un entrometido que intenta arrastrar a todo el mundo. Agrada a Dios y deja que las opiniones de los demás vayan por el camino.
11. Observar la regla tan fielmente como te sea posible.
Jesús se refiere a la regla de una Orden Religiosa aquí. La mayoría de nosotros hemos hecho algún voto delante de Dios y de la Iglesia y debemos ser fieles a nuestras promesas, es decir votos matrimoniales y promesas bautismales. Satanás tienta a la infidelidad, la anarquía y la desobediencia. La fidelidad es un arma para la victoria.
12. Si alguien te causa problemas, piensa en el bien que puedes hacer a la persona que te hizo sufrir.
Ser un vaso de misericordia divina es un arma para el bien y para derrotar el mal. El diablo trabaja sobre el odio, la ira, la venganza y la falta de perdón. Otros nos han hecho daño en algún momento. ¿Qué le devolveremos a cambio? Regresar una bendición rompe maldiciones.
13. No derrame sus sentimientos.
Un alma habladora será más fácilmente atacada por el demonio. Derrama tus sentimientos sólo ante el Señor. Recuerde, los espíritus buenos y malos escuchan lo que dices en voz alta. Los sentimientos son efímeros. La verdad es la brújula. El recogimiento interior es una armadura espiritual.
14. Guarda silencio cuando seas reprendida.
La mayoría de nosotros hemos sido reprendidos en algún momento. No tenemos ningún control sobre eso, pero sí podemos controlar nuestra respuesta. La necesidad de tener la razón todo el tiempo puede conducirnos a trampas demoníacas. Dios sabe la verdad. Déjala ir. El silencio es una protección. El diablo puede utilizar la justicia propia para hacernos tropezar también.
15. No le pida opinión a todos, sino sólo a tu confesor; sé tan franca y sencilla como un niño con él.
La simplicidad de la vida puede expulsar a los demonios. La honestidad es un arma para derrotar a Satanás, el mentiroso. Cuando mentimos ponemos un pie en su terreno y él intentará seducirnos aún más.
16. No se desanime por la ingratitud.
A nadie le gusta ser subestimado. Pero cuando nos encontramos con la ingratitud o la insensibilidad, el espíritu de desánimo puede ser una carga para nosotros. Resista todo desaliento porque eso nunca proviene de Dios. Es una de las tentaciones más eficaces del diablo. Tenga gratitud en todas las cosas del día y saldrá ganando.
17. No examines con curiosidad los caminos por donde yo te conduzco.
La necesidad de conocer, y la curiosidad por el futuro es una tentación que ha llevado a muchas personas a los cuartos oscuros de los psíquicos, brujas, etc. Elija caminar en la fe. Decídase a confiar en Dios quien te lleva por el camino al cielo. Resista siempre al espíritu de curiosidad
18. Cuando el aburrimiento y el desánimo, golpean contra tu corazón, huye de ti mismo y escóndete en mi corazón.
Jesús entrega el mismo mensaje una segunda vez. Ahora Él se refiere al aburrimiento. A principios del Diario, dijo a santa Faustina que el diablo tienta más fácilmente a las almas ociosas. Tenga cuidado con el aburrimiento, es un espíritu de letargo o acedia. Las almas ociosas son presa fácil de los demonios.
19. No temas a la lucha; la valentía a menudo intimida a las tentaciones, y ellos no se atreven a atacarnos.
El miedo es la segunda táctica más común del diablo (el orgullo es el primero). La valentía intimida al diablo, él huirá ante el perseverante coraje que se encuentra en Jesús, la roca. Todas las personas luchan, y Dios es nuestra provisión.
20. Siempre lucha con la profunda convicción de que yo estoy contigo.
Jesús instruye a una hermana en un convento para "luchar" con convicción. Ella puede hacerlo porque Cristo la acompaña. Los cristianos estamos llamados a luchar con convicción en contra de todas las tácticas demoníacas. El diablo trata de aterrorizar a las almas, debes resistir al terrorismo demoníaco. Invoca al Espíritu Santo en el transcurso del día
21. No se deje guiar por el sentimiento, porque no siempre está bajo tu control. Todo el mérito radica en la voluntad.
Todo el mérito radica en la voluntad, porque el amor es un acto de la voluntad. Somos completamente libres en Cristo. Tenemos que hacer una elección, una decisión para bien o para mal. ¿En qué terreno vivimos?
22. Siempre depende de tus superiores, incluso en las cosas más pequeñas.
Cristo está instruyendo a una religiosa aquí. Todos tenemos al Señor como nuestro Superior. La Dependencia de Dios es un arma de guerra espiritual, porque no podemos ganar por nuestros propios medios. Proclamar la victoria de Cristo sobre el mal es parte del discipulado. Cristo vino a derrotar a la muerte y el mal, ¡proclámalo!
23. No te engañes con perspectivas de paz y consuelo; por el contrario, prepárate para grandes batallas.
Santa Faustina sufrió física y espiritualmente. Ella estaba preparada para grandes batallas por la gracia de Dios que la sostuvo. Cristo nos instruye claramente en las Escrituras para estar preparados para grandes batallas, para ponernos la armadura de Dios y resistir al diablo (Ef. 6,11). Estar atentos y discernir siempre.
24. Sepa bien que está en un gran escenario donde todo el cielo y la tierra están mirando.
Estamos todos en un gran escenario donde el cielo y la tierra están viendo. ¿Qué mensaje estamos dando con nuestra forma de vida? ¿Qué clase de tonalidades irradiamos: luz, oscuridad o grises? ¿La forma en que vivimos atrae más luz o más oscuridad? Si el diablo no tiene éxito en llevarnos a la oscuridad, tratará de mantenernos en la categoría de los tibios, que no es agradable a Dios.
25. Lucha como un caballero, de modo que Yo pueda recompensarte. No seas excesivamente temerosa, porque tú no está sola.
Las palabras del Señor a Santa Faustina pueden convertirse en nuestro lema: ¡Lucha como un caballero! Un Caballero de Cristo sabe bien la causa por la que él lucha, la nobleza de su misión, el Rey a quien sirve, y con la bendita certeza de la victoria, que lucha hasta el final, incluso a costa de su vida. Si una joven, sin educación, una simple monja polaca unida a Cristo, puede luchar como un Caballero, todo cristiano puede hacer lo mismo. La confianza es victoriosa.
jueves, 27 de agosto de 2015
LO QUE ME QUEDA DE VIDA...
Pertenezco a la generación que tenía un solo mandato: debíamos ser, y así lo intentamos, las mejores hijas, las mejores esposas, las mejores madres, las mejores profesionales, etc. Y ahora que ya hice casi todas esas cosas lo mejor que pude, a veces me gusta estar, salir, viajar sola, todo a mi ritmo. Por momentos, necesito mucho a mi familia. Y a veces prefiero no hacer nada. Ya demostré, acabadamente, quien soy como persona.
Lo que me queda de vida, intento que sea mío disfrutándolo con lo que me dé las ganas: viajando, comprando, tomando un café con alguien, o así sea estar sin hacer nada.
Me he dado cuenta que por más que los demás nos amen mucho y seamos importantes para ellos, todos seguirán viviendo cuando no estemos. Por eso, ya es tiempo de NUESTRO tiempo y de dejar de rendir exámen en tantos roles con que la vida nos puso a prueba. No pienso dar más examen de nada, eso incluye a mi familia también.
Nosotras ya estudiamos, criamos hijos, trabajamos, cuidamos padres, estuvimos presentes cada vez que alguien nos necesitó.
¿Acaso después nos van hacer un monumento donde diga: "A una luchadora, un ser ejemplar y virtuoso"? Seguro que no. Y si de casualidad lo hicieran, estaremos bajo tierra.
¿Acaso después nos van hacer un monumento donde diga: "A una luchadora, un ser ejemplar y virtuoso"? Seguro que no. Y si de casualidad lo hicieran, estaremos bajo tierra.
Somos una generación que rompió estereotipos, allanamos el camino para los que vinieron después. Por eso ya es hora de que empecemos a relajarnos y a divertirnos más.
Muchas veces me planteo, qué rápido pasó la vida, distraída como estaba, haciendo mil cosas. Y también me pregunto: ¿cuánto nos queda de vida, amig@s? No lo sabemos.
¿Algo cambiará en quienes nos quieren, cuando nos vayamos? No, la vida seguirá igual en nuestra ausencia y hasta tal vez dirán: "la vieja estaba un poco loca el último tiempo".Pero nosotras, felices igual .porque ya no escucharemos.
Mis queridas amigas, cuídense, no se repriman, aprendan a decir NO cuando quieran decir NO. Si es necesario y siempre para bien de nuestra salud mental, aprendan a mandar lejos a la gente que no sirve para nada
Ya es hora de discernir a quien le hace bien mi amistad, mi cariño, mi compañía. Aprovechemos el tiempo. Juntémonos, cada vez que podamos, con aquéllos que nos hacen reír.
Practiquemos nuestra merecida libertad.
Qué placer caminar sin apuro ni rumbo fijo para detenernos en cualquier lugar que nos llame la atención.
Por favor, visitemos más seguido a las amigas positivas, vayamos a lugares nuevos, escuchemos más música, animémonos , a hacer cosas divertidas: canto, salsa, idiomas, jardinería...lo que más nos guste. Todo sirve y es válido para hacernos sentir bien.
LO QUE NOS QUEDA DE VIDA...disfrutémoslo. Es nuestro.
Zulema Sánchez
Foto del film "Yo amo a Shirley Valentine"
ORACIÓN POR MI ESPOSO
Señor, tú que sondeas los corazones y
escudriñas en las profundidades del alma,
hoy quiero hablarte del hombre que para mi corazón
es muy amado.
A quien elegí para que sea mi compañero y mi mejor amigo;
a quien preferí y escogí entre las páginas de mi vida.
Quiero pedirte por su corazón,
míralo con ternura y acaricia sus heridas más profundas,
sana su memoria de recuerdos dolorosos
y regálale la alegría siempre nueva para sus labios.
escudriñas en las profundidades del alma,
hoy quiero hablarte del hombre que para mi corazón
es muy amado.
A quien elegí para que sea mi compañero y mi mejor amigo;
a quien preferí y escogí entre las páginas de mi vida.
Quiero pedirte por su corazón,
míralo con ternura y acaricia sus heridas más profundas,
sana su memoria de recuerdos dolorosos
y regálale la alegría siempre nueva para sus labios.
Colma su corazón de amor,
para que sus palabras, sus gestos
transmitan a quienes estamos a su lado
la compañía y la seguridad
que tanto necesitamos.
para que sus palabras, sus gestos
transmitan a quienes estamos a su lado
la compañía y la seguridad
que tanto necesitamos.
Fortalece sus manos,´
para que su trabajo sea digno y bueno;
guía sus pensamientos para que sus pasos
sean bendecidos.
No alejes tu mirada de sus días,
para que se sienta muy amado por Ti.
para que su trabajo sea digno y bueno;
guía sus pensamientos para que sus pasos
sean bendecidos.
No alejes tu mirada de sus días,
para que se sienta muy amado por Ti.
Atráelo hacia tus Fuentes,
si se encuentra alejado;
manténlo muy unido a Ti,
si ya está aferrado a tus amores.
Toma su mano y guíalo cada día
para que como padre y esposo,
sea fiel a tus mandamientos
y su sola presencia
inspire fuerza, valentía y seguridad.
si se encuentra alejado;
manténlo muy unido a Ti,
si ya está aferrado a tus amores.
Toma su mano y guíalo cada día
para que como padre y esposo,
sea fiel a tus mandamientos
y su sola presencia
inspire fuerza, valentía y seguridad.
Que su familia pueda recurrir a él,
como sostén y guía, fuerza y ayuda
en cualquier situación.
Que nuestros hijos descubran en él,
al modelo perfecto de amor
y seguridad;
que en sus brazos aprendan del valor del trabajo y la fidelidad,
y que por sus palabras
beban de honestidad y responsabilidad.
como sostén y guía, fuerza y ayuda
en cualquier situación.
Que nuestros hijos descubran en él,
al modelo perfecto de amor
y seguridad;
que en sus brazos aprendan del valor del trabajo y la fidelidad,
y que por sus palabras
beban de honestidad y responsabilidad.
Bendice su trabajo y las manos que día a día no se cansan;
que todos sus caminos sean bendecidos
y que yo, como esposa, descubra en él…
el amor verdadero y eterno que siempre anhelé.
que todos sus caminos sean bendecidos
y que yo, como esposa, descubra en él…
el amor verdadero y eterno que siempre anhelé.
Dame capacidad de entenderlo y amarlo,
sin pretender cambiarlo, más bien valorarlo.
Que corrija con prudencia y camine a su lado
respetando su individualidad y diferencias.
Que lo ame y cada día lo conduzca
con mis oraciones y ejemplo,
hacia nuestro fin, que es el Cielo,
donde el amor será eterno.
sin pretender cambiarlo, más bien valorarlo.
Que corrija con prudencia y camine a su lado
respetando su individualidad y diferencias.
Que lo ame y cada día lo conduzca
con mis oraciones y ejemplo,
hacia nuestro fin, que es el Cielo,
donde el amor será eterno.
Que encuentre en él
la fuente del amor humano,
que su corazón no sea turbado
y que nuestros corazones
al mismo ritmo de amor fusionen su latir,
para que quienes comparten nuestras vidas,
vean en nosotros la belleza
del amor humano.
la fuente del amor humano,
que su corazón no sea turbado
y que nuestros corazones
al mismo ritmo de amor fusionen su latir,
para que quienes comparten nuestras vidas,
vean en nosotros la belleza
del amor humano.
Amén
Autor: Padre Guillermo Serra, L.C
“He contado mis años y he descubierto que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante,......''
“He contado mis años y he descubierto que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que he vivido hasta ahora...
Me siento como aquel niño al que regalan una bolsa de caramelos: los primeros se los come feliz, pero, cuando se percata de que quedan pocos, comienza a saborearlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables en las que se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se conseguirá nada.
Ya no tengo tiempo para soportar personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para perderlo con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan ‘egos’ inflados.
No tolero a los manipuladores ni a los aprovechados.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus puestos, sus talentos y sus éxitos.
Detesto, si soy testigo, los efectos que genera la lucha por un cargo importante.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos, si acaso...
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Con pocos caramelos en la bolsa...
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reírse de sus errores.
Que no se vanaglorie con sus triunfos.
Que no se considere elegida antes de tiempo.
Que no eluda sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.
Y que desee únicamente caminar al lado de la verdad y de la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena vivirla.
Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quien los duros golpes de la vida, le han enseñado a crecer con suaves caricias a su alma.
Sí… tengo prisa… para vivir con la intensidad que nada más que la madurez puede dar.
Pretendo no mal emplear ni tan solo uno de los caramelos que me quedan.
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que me he comido hasta ahora.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres estimados, y con mi conciencia.
Deseo que la tuya sea la misma, porque, de cualquier manera, también llegarás..."
EL VALIOSO TIEMPO DE LOS MADUROS
Mario Andrade (1893-1945)
Me siento como aquel niño al que regalan una bolsa de caramelos: los primeros se los come feliz, pero, cuando se percata de que quedan pocos, comienza a saborearlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables en las que se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se conseguirá nada.
Ya no tengo tiempo para soportar personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para perderlo con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan ‘egos’ inflados.
No tolero a los manipuladores ni a los aprovechados.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus puestos, sus talentos y sus éxitos.
Detesto, si soy testigo, los efectos que genera la lucha por un cargo importante.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos, si acaso...
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Con pocos caramelos en la bolsa...
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reírse de sus errores.
Que no se vanaglorie con sus triunfos.
Que no se considere elegida antes de tiempo.
Que no eluda sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.
Y que desee únicamente caminar al lado de la verdad y de la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena vivirla.
Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quien los duros golpes de la vida, le han enseñado a crecer con suaves caricias a su alma.
Sí… tengo prisa… para vivir con la intensidad que nada más que la madurez puede dar.
Pretendo no mal emplear ni tan solo uno de los caramelos que me quedan.
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que me he comido hasta ahora.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres estimados, y con mi conciencia.
Deseo que la tuya sea la misma, porque, de cualquier manera, también llegarás..."
EL VALIOSO TIEMPO DE LOS MADUROS
Mario Andrade (1893-1945)
miércoles, 26 de agosto de 2015
No puedo pintar mi alma, ni mis sueños, ni mis dias.
No puedo pintar mi alma,
ni mis sueños,
ni mis dias.
ni mis sueños,
ni mis dias.
Algo muy dentro y sentido,
tiempo,besos y hasta embustes,
fueron quitando el color.
tiempo,besos y hasta embustes,
fueron quitando el color.
Nada es mio,todo ha sido.
Hasta el ansia de querer,
se fue desgranando en grises,
que ese el rojo,
el voluptuoso,
no ha podido mitigar.
se fue desgranando en grises,
que ese el rojo,
el voluptuoso,
no ha podido mitigar.
Mascara triste y mentida,
con colores que antes fueron,
con colores que hoy no son,
intentan tapar la mueca,
feroz y desesperada,
que otrora fuera sonrisa
y que hoy redunda pasion.
con colores que antes fueron,
con colores que hoy no son,
intentan tapar la mueca,
feroz y desesperada,
que otrora fuera sonrisa
y que hoy redunda pasion.
Quien pudiera maquillar,
con un par de pinceladas,
noches,risas y hasta amores
devolviendo mi alegria,
los sueños despoetizados,
el beso credulo y puro,
el confiar en mis sentires,
el saber que sin herirme,
puedo dar mi corazon.
con un par de pinceladas,
noches,risas y hasta amores
devolviendo mi alegria,
los sueños despoetizados,
el beso credulo y puro,
el confiar en mis sentires,
el saber que sin herirme,
puedo dar mi corazon.
Elias Sami
Derechos de autor reservados
Derechos de autor reservados
LAS ESTANCIAS JESUÍTICAS
Estancia de Caroya
Llegamos de mañana a la Estancia de Caroya.
Fue el primer establecimiento rural organizado por los jesuitas. Nació en 1616.
Como dijimos el director del Convictorio de Monserrat, el Dr. Ignacio Duarte Quiroz, donó estas tierras para sostenimiento económico de ese Colegio.
También fue residencia de vacaciones para los internos de la Institución. Por supuesto, basado en una ética lógica, eran premiados con tales vacaciones quienes obtenían los mejores promedios en sus estudios.
Entre 1814 y 1816, cuando ya hacía mucho tiempo que los jesuitas habían sido expulsados, la casa, por el estratégico lugar que ocupaba, fue convertida en la primera fábrica de armas blancas del país. Eran épocas de las guerras de la independencia.
En 1854 el lugar pasó a ser propiedad del Estado Nacional.
Cuando llegó el primer contingente de inmigrantes friulanos al lugar, en 1878, fueron alojados en la estancia. Los friulanos se convirtieron en los fundadores de la actual Colonia Caroya.
Las mujeres friulanas y sus niños dormían en las habitaciones del casco y los hombres en las galerías. No resulta difícil imaginar el frío reinante en aquellas épocas porque, en estos días de julio, era notable la baja temperatura dentro de cada sala, que nos hacía buscar el sol de los jardines.
Caroya está a 50 kms al norte de Córdoba, por ruta 9.
Miro hacia el campo y pienso qué inmenso habrá sido el desierto en el 1600 cuando los jesuitas, los comechingones y sanavirones comenzaron a sembrar estas tierras.
Hoy todo está en silencio. Los visitantes se mueven respetuosamente lentos. Alguien quiere imaginar el remoto bullicio de la actividad.
Muros que hoy pueden parecer ingenuos se vuelven destacada arquitectura si pensamos que nos llegan desde tan lejanos límites en un aislado medio rural.
Se nos antoja tan majestuoso todo lo visto que uno se va de este patio pensando si aquellos hombres sabrían de lo capaces que eran.
Cómo me gustaría –como diría Atahualpa- que se enteraran que varios siglos después, de alguna manera, los estamos nombrando.
Llegamos de mañana a la Estancia de Caroya.
Fue el primer establecimiento rural organizado por los jesuitas. Nació en 1616.
Como dijimos el director del Convictorio de Monserrat, el Dr. Ignacio Duarte Quiroz, donó estas tierras para sostenimiento económico de ese Colegio.
También fue residencia de vacaciones para los internos de la Institución. Por supuesto, basado en una ética lógica, eran premiados con tales vacaciones quienes obtenían los mejores promedios en sus estudios.
Entre 1814 y 1816, cuando ya hacía mucho tiempo que los jesuitas habían sido expulsados, la casa, por el estratégico lugar que ocupaba, fue convertida en la primera fábrica de armas blancas del país. Eran épocas de las guerras de la independencia.
En 1854 el lugar pasó a ser propiedad del Estado Nacional.
Cuando llegó el primer contingente de inmigrantes friulanos al lugar, en 1878, fueron alojados en la estancia. Los friulanos se convirtieron en los fundadores de la actual Colonia Caroya.
Las mujeres friulanas y sus niños dormían en las habitaciones del casco y los hombres en las galerías. No resulta difícil imaginar el frío reinante en aquellas épocas porque, en estos días de julio, era notable la baja temperatura dentro de cada sala, que nos hacía buscar el sol de los jardines.
Caroya está a 50 kms al norte de Córdoba, por ruta 9.
Miro hacia el campo y pienso qué inmenso habrá sido el desierto en el 1600 cuando los jesuitas, los comechingones y sanavirones comenzaron a sembrar estas tierras.
Hoy todo está en silencio. Los visitantes se mueven respetuosamente lentos. Alguien quiere imaginar el remoto bullicio de la actividad.
Muros que hoy pueden parecer ingenuos se vuelven destacada arquitectura si pensamos que nos llegan desde tan lejanos límites en un aislado medio rural.
Se nos antoja tan majestuoso todo lo visto que uno se va de este patio pensando si aquellos hombres sabrían de lo capaces que eran.
Cómo me gustaría –como diría Atahualpa- que se enteraran que varios siglos después, de alguna manera, los estamos nombrando.
Estancia de Jesús María
Ahora cruzamos la ruta 9, el antiguo Camino Real. Enfrente está la ciudad de Jesús María.
La Estancia Jesuítica que se puso bajo la advocación de Jesús y la Virgen María fue lo que dio origen al futuro pueblo y hoy la residencia de la estancia ha quedado dentro del casco urbano.
Creado en 1618, fue el segundo núcleo productivo de la Compañía de Jesús.
Tuvo una importante sementera de trigo y maíz pero se destacó por su producción vitivinícola.
Hasta el propio rey de España se hizo llevar hasta sus aposentos el famoso ‘Lagrimilla de Oro’ de Jesús María.
Nosotros, simples plebeyos, nos permitimos regresar con una caja del célebre vino de misa.
La Estancia incluye la Iglesia, la Residencia, la Bodega, el Perchel y el Tajamar. Es sede del Museo Jesuítico Nacional, que expone una importante colección de objetos de los siglos XVII y XVIII.
Todo fue colosal. La simiente fue abierta en medio de la nada.
Para quien la actividad lo envuelve todo, cuando la vida pasa demasiado cerca, no hay espacios para pensar en fracasos ni en cavilaciones futuras.
Ahora cruzamos la ruta 9, el antiguo Camino Real. Enfrente está la ciudad de Jesús María.
La Estancia Jesuítica que se puso bajo la advocación de Jesús y la Virgen María fue lo que dio origen al futuro pueblo y hoy la residencia de la estancia ha quedado dentro del casco urbano.
Creado en 1618, fue el segundo núcleo productivo de la Compañía de Jesús.
Tuvo una importante sementera de trigo y maíz pero se destacó por su producción vitivinícola.
Hasta el propio rey de España se hizo llevar hasta sus aposentos el famoso ‘Lagrimilla de Oro’ de Jesús María.
Nosotros, simples plebeyos, nos permitimos regresar con una caja del célebre vino de misa.
La Estancia incluye la Iglesia, la Residencia, la Bodega, el Perchel y el Tajamar. Es sede del Museo Jesuítico Nacional, que expone una importante colección de objetos de los siglos XVII y XVIII.
Todo fue colosal. La simiente fue abierta en medio de la nada.
Para quien la actividad lo envuelve todo, cuando la vida pasa demasiado cerca, no hay espacios para pensar en fracasos ni en cavilaciones futuras.
Estancia de Santa Catalina
La estancia de Santa Catalina se ubica a unos 70 kms al norte de Córdoba.
Se llega por asfalto hasta Ascochinga y de allí quedan unos 7 kms de ripio de insufrible serrucho. Pero el esfuerzo vale.
Cuando aparece el cuerpo edilicio de Santa Catalina se levanta ante los ojos una monumental iglesia blanca, con dos altos campanarios y una cúpula con linterna. Todo en el marco de un soberbio entorno natural.
La estancia es de 1622. Es el conjunto mayor y mejor conservado fuera de la ciudad de Córdoba.
Está en manos privadas. Permiten la visita a la Iglesia y los Patios.
En una antigua jornada de octubre de 1774 fue adquirida por Francisco Díaz y centenares de Díaz se han ido sucediendo hasta hoy que viven o vacacionan en el lugar y, por sobre todo, han cumplido la promesa inicial de Francisco de mantener el lugar en perfectas condiciones.
El grupo edilicio se integra con la Iglesia, la Residencia, el Patio principal, el Patio de talleres, el Patio de servicio, el Huerto y el Cementerio. Fuera del cuerpo principal se hallan el Noviciado, la Ranchería (vivienda de los esclavos) y el Sistema hidráulico (tajamar, acequias, molinos).
Es Monumento Histórico Nacional desde 1941.
Santa Catalina albergó miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular. Paralelamente tenían actividades en su herrería, su carpintería, sus telares, el batán, los molinos harineros y las conducciones subterráneas de agua que traían desde Ongamira a varios kilómetros de distancia.
Santa Catalina atrapa. Deja un vértigo. De lejos parece una blanca florcita de campo, de cerca una rosa borgeana.
Estuvimos hasta el atardecer. Antes de regresar y de terminar de beber el paisaje que bendijeron nuestros ojos, fuimos a una pequeña confitería a reponer las energías del dulce agotamiento. Como el mundo es pequeño, allí encontramos un par de amigas del Valle. Marta y Mariuchi estaban hospedadas en la misma Estancia. Compartimos con ellas la alegría de haber vivido, como diría Séneca, esa jornada recorriendo lo que nos había asignado la fortuna: la sencilla y distante elegancia de Santa Catalina.
La estancia de Santa Catalina se ubica a unos 70 kms al norte de Córdoba.
Se llega por asfalto hasta Ascochinga y de allí quedan unos 7 kms de ripio de insufrible serrucho. Pero el esfuerzo vale.
Cuando aparece el cuerpo edilicio de Santa Catalina se levanta ante los ojos una monumental iglesia blanca, con dos altos campanarios y una cúpula con linterna. Todo en el marco de un soberbio entorno natural.
La estancia es de 1622. Es el conjunto mayor y mejor conservado fuera de la ciudad de Córdoba.
Está en manos privadas. Permiten la visita a la Iglesia y los Patios.
En una antigua jornada de octubre de 1774 fue adquirida por Francisco Díaz y centenares de Díaz se han ido sucediendo hasta hoy que viven o vacacionan en el lugar y, por sobre todo, han cumplido la promesa inicial de Francisco de mantener el lugar en perfectas condiciones.
El grupo edilicio se integra con la Iglesia, la Residencia, el Patio principal, el Patio de talleres, el Patio de servicio, el Huerto y el Cementerio. Fuera del cuerpo principal se hallan el Noviciado, la Ranchería (vivienda de los esclavos) y el Sistema hidráulico (tajamar, acequias, molinos).
Es Monumento Histórico Nacional desde 1941.
Santa Catalina albergó miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular. Paralelamente tenían actividades en su herrería, su carpintería, sus telares, el batán, los molinos harineros y las conducciones subterráneas de agua que traían desde Ongamira a varios kilómetros de distancia.
Santa Catalina atrapa. Deja un vértigo. De lejos parece una blanca florcita de campo, de cerca una rosa borgeana.
Estuvimos hasta el atardecer. Antes de regresar y de terminar de beber el paisaje que bendijeron nuestros ojos, fuimos a una pequeña confitería a reponer las energías del dulce agotamiento. Como el mundo es pequeño, allí encontramos un par de amigas del Valle. Marta y Mariuchi estaban hospedadas en la misma Estancia. Compartimos con ellas la alegría de haber vivido, como diría Séneca, esa jornada recorriendo lo que nos había asignado la fortuna: la sencilla y distante elegancia de Santa Catalina.
Estancia de Alta Gracia
En otro fantástico día de sol, poco antes del mediodía, arribamos a la ciudad de Alta Gracia, ubicada a unos 40 kms al sudoeste de Córdoba por ruta 5.
La Estancia nació en 1643 y se mantuvo en producción hasta la expulsión de los jesuitas en 1767.
Fue sostén económico del Colegio Máximo que luego se transformó en la Universidad de Córdoba.
La Residencia fue adquirida en 1810 por Santiago de Liniers, quien vivió en el lugar por espacio de algunos meses. El Estado Nacional la compró en 1969 y la convirtió en Museo en 1977.
El conjunto arquitectónico ha quedado, en la actualidad, en pleno centro de la ciudad. Es Monumento Histórico Nacional.
La Iglesia tiene una llamativa fachada sin torres, con un perfil de curvas y pilastras que revelan influencia del barroco italiano tardío. Si bien no está construida sobre la base de una cruz latina, tiene un crucero ligeramente curvo sobre el que se halla una cúpula con linterna. Ante la ausencia de torres, en la parte posterior una estética espadaña de piedra contiene sus campanas. El templo se ha convertido en la Iglesia Parroquial del pueblo.
Como el resto de las Estancias, este centro rural lo integraban además de la Iglesia y la Residencia, la Ranchería (vivienda de los esclavos), el Tajamar (dique), los Molinos harineros, el Batan (máquina de brazos de madera que movida por agua servía para desengrasar cueros y dar firmeza a las telas).
La Residencia con sus claustros en ‘L’, en dos plantas y una elegante escalinata central que da al Patio de Honor, alberga el Museo Nacional de la Estancia, y salas dedicadas a la Casa del Virrey Liniers, con una importante colección de objetos de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Anualmente el lugar ofrece un nutrido programa de actividades culturales como exposiciones, conciertos y conferencias.
Alta Gracia tiene mucho. La Casa del Che, la Casa de Manuel de Falla, el Parque Federico García Lorca, el Hotel Sierras, el Autódromo Oscar Cabalén. Como si ello fuera poco los altagracienses cuentan para su orgullo con el Casco histórico de la Estancia de la Compañía. Está en pleno centro, su presencia es por sí poderosa y Alta Gracia creció desde ese pie.
En otro fantástico día de sol, poco antes del mediodía, arribamos a la ciudad de Alta Gracia, ubicada a unos 40 kms al sudoeste de Córdoba por ruta 5.
La Estancia nació en 1643 y se mantuvo en producción hasta la expulsión de los jesuitas en 1767.
Fue sostén económico del Colegio Máximo que luego se transformó en la Universidad de Córdoba.
La Residencia fue adquirida en 1810 por Santiago de Liniers, quien vivió en el lugar por espacio de algunos meses. El Estado Nacional la compró en 1969 y la convirtió en Museo en 1977.
El conjunto arquitectónico ha quedado, en la actualidad, en pleno centro de la ciudad. Es Monumento Histórico Nacional.
La Iglesia tiene una llamativa fachada sin torres, con un perfil de curvas y pilastras que revelan influencia del barroco italiano tardío. Si bien no está construida sobre la base de una cruz latina, tiene un crucero ligeramente curvo sobre el que se halla una cúpula con linterna. Ante la ausencia de torres, en la parte posterior una estética espadaña de piedra contiene sus campanas. El templo se ha convertido en la Iglesia Parroquial del pueblo.
Como el resto de las Estancias, este centro rural lo integraban además de la Iglesia y la Residencia, la Ranchería (vivienda de los esclavos), el Tajamar (dique), los Molinos harineros, el Batan (máquina de brazos de madera que movida por agua servía para desengrasar cueros y dar firmeza a las telas).
La Residencia con sus claustros en ‘L’, en dos plantas y una elegante escalinata central que da al Patio de Honor, alberga el Museo Nacional de la Estancia, y salas dedicadas a la Casa del Virrey Liniers, con una importante colección de objetos de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Anualmente el lugar ofrece un nutrido programa de actividades culturales como exposiciones, conciertos y conferencias.
Alta Gracia tiene mucho. La Casa del Che, la Casa de Manuel de Falla, el Parque Federico García Lorca, el Hotel Sierras, el Autódromo Oscar Cabalén. Como si ello fuera poco los altagracienses cuentan para su orgullo con el Casco histórico de la Estancia de la Compañía. Está en pleno centro, su presencia es por sí poderosa y Alta Gracia creció desde ese pie.
Estancia La Candelaria
De todas las Estancias, La Candelaria es el último complejo levantado por los jesuitas.
Es la que está más lejos. A 230 kms de Córdoba. Y por lejana, más infinitamente sola.
Alquilamos un auto en La Falda, en el Valle de Punilla, para recorrer los 70 kms de ripio, hacia las Altas Cumbres, por Pampa de Olaen y Characato.
Fue otro maravilloso día de sol. Le dedicamos toda la jornada.
La Candelaria está a 1200 metros de altura, al pie de las Sierras Grandes.
Su nombre es por veneración a la Virgen de las Candelas. Por ello cada 2 de febrero el predio recibe miles de visitantes.
Los jesuitas no sólo afrontaron una geografía y un clima rigurosos, sino que no fueron bienvenidos por los pueblos originarios que se oponían, con razón, a la colonización española.
Nació en 1683 con la finalidad de contribuir a sostener la Universidad ubicada en la Manzana Jesuítica de Córdoba.
Como establecimiento rural fue productor mayormente de ganado mular, que se destinaba al tráfico comercial con el Alto Perú.
La Iglesia, de paredes encaladas (pintadas con cal y agua), impecablemente blanca presenta una fachada que culmina en una notable espadaña de tres vanos ceñidas con un retoque de líneas curvas. Su presencia realza el admirable entorno serrano.
Hay un patio principal en un lateral de la iglesia, rodeado de habitaciones. Un segundo patio donde se encontraban los talleres, depósito, cuadras y corrales. Más allá estaban el tajamar, los molinos, el horno de cal y la huerta.
Al frente de la Iglesia, luego del atrio, se hallan los restos pétreos de la Ranchería, las viviendas de los trabajadores (esclavos negros).
Cuando llegamos a Candelaria no había una nube. El cielo se hizo inmenso.
Abajo en las rocas, unos musguitos denunciaban aire puro. Un aire poderoso que nos caía de todas partes y una vida intensa que vibraba en las sierras.
La bella Candelaria con ser una de las últimas en nacer, vivió menos.
Se dice que la vela lanza su llama más alta cuando está por apagarse.
Si tuviera que elegir una estancia me quedo con La Candelaria. Me atrajeron las líneas simples de su Iglesia con tamaño de capilla. Inmaculadamente alba en su distante soledad, pequeña frente a la Sierras Grandes, enorme en el recuerdo de aquel día azul lleno de provinciana paz.
Catalina es el final del viaje.
De todas las Estancias, La Candelaria es el último complejo levantado por los jesuitas.
Es la que está más lejos. A 230 kms de Córdoba. Y por lejana, más infinitamente sola.
Alquilamos un auto en La Falda, en el Valle de Punilla, para recorrer los 70 kms de ripio, hacia las Altas Cumbres, por Pampa de Olaen y Characato.
Fue otro maravilloso día de sol. Le dedicamos toda la jornada.
La Candelaria está a 1200 metros de altura, al pie de las Sierras Grandes.
Su nombre es por veneración a la Virgen de las Candelas. Por ello cada 2 de febrero el predio recibe miles de visitantes.
Los jesuitas no sólo afrontaron una geografía y un clima rigurosos, sino que no fueron bienvenidos por los pueblos originarios que se oponían, con razón, a la colonización española.
Nació en 1683 con la finalidad de contribuir a sostener la Universidad ubicada en la Manzana Jesuítica de Córdoba.
Como establecimiento rural fue productor mayormente de ganado mular, que se destinaba al tráfico comercial con el Alto Perú.
La Iglesia, de paredes encaladas (pintadas con cal y agua), impecablemente blanca presenta una fachada que culmina en una notable espadaña de tres vanos ceñidas con un retoque de líneas curvas. Su presencia realza el admirable entorno serrano.
Hay un patio principal en un lateral de la iglesia, rodeado de habitaciones. Un segundo patio donde se encontraban los talleres, depósito, cuadras y corrales. Más allá estaban el tajamar, los molinos, el horno de cal y la huerta.
Al frente de la Iglesia, luego del atrio, se hallan los restos pétreos de la Ranchería, las viviendas de los trabajadores (esclavos negros).
Cuando llegamos a Candelaria no había una nube. El cielo se hizo inmenso.
Abajo en las rocas, unos musguitos denunciaban aire puro. Un aire poderoso que nos caía de todas partes y una vida intensa que vibraba en las sierras.
La bella Candelaria con ser una de las últimas en nacer, vivió menos.
Se dice que la vela lanza su llama más alta cuando está por apagarse.
Si tuviera que elegir una estancia me quedo con La Candelaria. Me atrajeron las líneas simples de su Iglesia con tamaño de capilla. Inmaculadamente alba en su distante soledad, pequeña frente a la Sierras Grandes, enorme en el recuerdo de aquel día azul lleno de provinciana paz.
Catalina es el final del viaje.
Se agradece al destino que nos haya permitido hacer este recorrido histórico-cultural.
Podemos decir, esto es ‘bien-estar’ en palabras de Demócrito.
Podemos decir, esto es ‘bien-estar’ en palabras de Demócrito.
lunes, 24 de agosto de 2015
Al regresar de la Guerra de Irak un soldado telefoneó a sus .......
Al regresar de la Guerra de Irak un soldado telefoneó a sus padres desde San Francisco: -"Mamá, Papá: Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor.Traigo a un amigo que me gustaría se quedara con nosotros".
-"Claro que sí", le contestaron llenos de alegría por su regreso, "Nos encantaría conocerlo."
-"Pero hay algo que deben saber", el hijo, siguió diciendo, "mi amigo fue gravemente herido en la guerra. Pisó una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna un ojo y quedo muy desfigurado del rostro. Sus padres ya Fallecieron. No tiene donde ir y quiero que se venga a vivir con nosotros a casa"
-"Siento mucho el escuchar eso, hijo. A lo mejor podemos encontrar un lugar en donde el se pueda quedar."
-"No, mamá y papá, yo quiero que el viva con nosotros y que seamos su familia."
-"Hijo," le dijo el padre, "tú no sabes lo que estas pidiendo. Una persona tan limitada físicamente sería un gran peso para nosotros. Tenemos nuestras propias vidas que vivir y no podríamos cuidarle adecuadamente. Yo pienso que estás demasiado afectado con ese caso. Deberías de regresar a casa y olvidarte de él. Tú amigo encontrará una manera en la que pueda vivir el solo. Además él es la responsabilidad del gobierno y puede ingresar en un lugar para veteranos de guerra. Para eso pagamos impuestos."
Al oír esas palabras, el hijo colgó el teléfono. Los padres no volvieron a saber nada de él hasta que unos días mas tarde recibieron una llamada telefónica de la policía de San Francisco. Su hijo había muerto al caer de la ventana de un edificio. La policía creía que era un suicidio. Los padres, destrozados por la noticia, volaron a San Francisco y fueron llevados a la morgue de la ciudad para que identificaran a su hijo. Con horror, descubrieron que su hijo tan solo tenía un brazo y una pierna. El representante del ejército les relató algo que el joven había querido mantener en secreto: Había sufrido los efectos de la explosión de una mina. El mismo era el "amigo" y quería saber de antemano si sus padres de verdaderamente lo aceptarían. Lamentablemente, al percibir la negativa, se suicidó desesperado.
La desesperación y el suicidio jamás son el camino. Jesús nos ama y nos acoge tal cual somos y si le entregamos nuestra vida miserable, El nos lleva a la casa del Padre. Pero muchas personas necesitan de nuestra acogida para comprender ese amor divino.
Los padres de esta historia son como muchos de nosotros. Encontramos muy fácil amar a quienes nos resultan atractivos, pero rechazamos a los que retan nuestro egoísmo y nos causan inconveniencias.
Hagamos un examen de conciencia ante esta historia. Pidamos a Jesús nos haga mas misericordiosos.
La vida y sus cuitas...
La vida y sus cuitas,
del que entre tormentas,
pierde su ilusion,
entablilla el alma,con feroces robles,
baja las persianas,cubre toda luz,
no deja ventana,
ni puerta siquiera
no hay resquicio alguno,
que en algun descuido,
entre rosas rojas,
la luna encendida,
una piel cercana,
un beso robado,
destruya los muros,
defensas montadas y en esa fisura,
acaricie el alma,
libere tus flores,
de un norte a tus labios..
Es hora,mujer,
de enterrar temores,
abrir los instintos,
despertar sentires que otrora engrillaste,
dar vida a tu entraña,
retomar los sueños,
abrir la esperanza,
aceptando ciega,
que el amor de hoy,
no es hoja caduca,
es retoño eterno de esa vida nueva,
que hasta ayer negaste.
del que entre tormentas,
pierde su ilusion,
entablilla el alma,con feroces robles,
baja las persianas,cubre toda luz,
no deja ventana,
ni puerta siquiera
no hay resquicio alguno,
que en algun descuido,
entre rosas rojas,
la luna encendida,
una piel cercana,
un beso robado,
destruya los muros,
defensas montadas y en esa fisura,
acaricie el alma,
libere tus flores,
de un norte a tus labios..
Es hora,mujer,
de enterrar temores,
abrir los instintos,
despertar sentires que otrora engrillaste,
dar vida a tu entraña,
retomar los sueños,
abrir la esperanza,
aceptando ciega,
que el amor de hoy,
no es hoja caduca,
es retoño eterno de esa vida nueva,
que hasta ayer negaste.
Elias Sami
Derechos de autor reservados
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domingo, 23 de agosto de 2015
La sorpresa de Alberdi al conocer a San Martín: "Yo lo creía un indio..."
En 1843, en un viaje a Francia, se encontró por primera vez con el hombre que ya era leyenda. Aquí el relato de aquella visita y un retrato vívido del aspecto físico y de la personalidad del Libertador
Juan Bautista Alberdi (1810-1884) conocía a San Martín sólo por su fama y por testimonios de terceros. Escritor incansable y talentoso, dejó este relato de su encuentro con San Martín. El texto evidencia lo muy informado que estaba Alberdi de las polémicas que lo envolvían y de la actitud del general al respecto. Pero sin dudas el rasgo que más lo impacta es la modestia del autor de tantas hazañas y su cerrada negativa a hacer alarde de ellas y a recibir honores.
Su visita al libertador fue también para Alberdi la ocasión de viajar por primera vez en ferrocarril –de París a Grand Bourg, a la casa de San Martín-, experiencia de la que deja una pintoresca descripción.
A continuación, el texto completo.
UNA VISITA A SAN MARTÍN (Diario de un viaje a Europa) – Por Juan Bautista Alberdi
París, 14 de Septiembre de 1843
El 1° de Septiembre, a eso de las once de la mañana, estaba yo en casa de mi amigo el señor D. M. J. de Guerrico, con quien debíamos asistir al entierro de una hija del señor Ochoa (poeta español) en el cementerio de Montmartre. Yo me ocupaba, en tanto que esperábamos la hora de la partida, de la lectura de una traducción de Lamartine, cuando Guerrico se levantó, exclamando: "¡El general San Martín!" Me paré lleno de agradable sorpresa al ver la gran celebridad americana que tanto ansiaba conocer. Mis ojos, clavados en la puerta por donde debía entrar, esperaban con impaciencia el momento de su aparición.
Entró por fin con su sombrero en la mano, con la modestia y el apocamiento de un hombre común. ¡Qué diferente lo hallé del tipo que yo me había formado oyendo las descripciones hiperbólicas que me habían hecho de él sus admiradores en América!
AL VER EL MODO COMO SE CONSIDERA ÉL MISMO, SE DIRÍA QUE ESTE HOMBRE NO HABÍA HECHO NADA DE NOTABLE
Por ejemplo: Yo le esperaba más alto, y no es sino un poco más alto que los hombres de mediana estatura. Yo le creía un indio, como tantas veces me lo habían pintado, y no es más que un hombre de color moreno, de los temperamentos biliosos. Yo le suponía grueso, y, sin embargo de que lo está más que cuando hacía la guerra en América, me ha parecido más bien delgado; yo creía que su aspecto y porte debían tener algo de grave y solemne, pero le hallé vivo y fácil en sus ademanes, y su marcha, aunque grave, desnuda de todo viso de afectación. Me llamó la atención su metal de su voz, notablemente gruesa y varonil. Habla sin la menor afectación, con toda la llanura de un hombre común.
Al ver el modo de como se considera él mismo, se diría que este hombre no había hecho nada de notable en el mundo, porque parece que él es el primero en creerlo así. Yo había oído que su salud padecía mucho; pero quedé sorprendido al verle más joven y más ágil que todos cuantos generales he conocido de la guerra de nuestra independencia, sin excluir al general Alvear, el más joven de todos. El general San Martín padece en su salud cuando está en inacción, y se cura con solo ponerse en movimiento. De aquí puede inferirse la fiebre de acción de que este hombre extraordinario debió estar poseído en los años de su tempestuosa juventud.
Su bonita y bien proporcionada cabeza, que no es grande, conserva todos sus cabellos, blancos hoy casi totalmente; no usa patilla ni bigote, a pesar que hoy lo llevan por moda hasta los más pacíficos ancianos. Su frente, que no anuncia un gran pensador, promete, sin embargo, una inteligencia clara y despejada, un espíritu deliberado y audaz. Sus grandes cejas negras suben hacia el medio de la frente cada vez que se abren sus ojos, llenos aun del fuego de la juventud. La nariz es larga y aguileña; la boca pequeña ricamente dentada, es graciosa cuando sonríe; la barba es aguda.
Estaba vestido con sencillez y propiedad: corbata negra, atada con negligencia; chaleco de seda, negro; levita del mismo color; pantalón mezcla de celeste; zapatos grandes.
CERRÉ LA DERECHA DEL GRAN HOMBRE QUE HABÍA HECHO VIBRAR LA ESPADA LIBERTADORA DE CHILE Y EL PERÚ
Cuando se paró para despedirse acepté y cerré con las dos manos la derecha del gran hombre que había hecho vibrar la espada libertadora de Chile y el Perú. En ese momento se despedía para uno de los viajes que hace en el interior de Francia en la estación de verano.
No obstante su larga residencia en España, su acento es el mismo de nuestros hombres de América, coetáneos suyos. En su casa habla alternativamente el español y francés, y muchas veces mezcla palabras de los dos idiomas, lo que le hace decir con mucha gracia que llegará un día en que se verá privado de uno y otro o tendrá que hablar un patois de su propia invención. Rara vez o nunca habla de política -jamás trae a la conversación con personas indiferentes sus campañas de Sudamérica-; sin embargo, en general le gusta hablar de empresas militares.
Yo había sido invitado por su excelente hijo político, el señor don Mariano Balcarce, a pasar un día en su casa de campo en Grand Bourg, como seis leguas y media de París.
Este paseo debía ser para mí tanto más ameno cuanto que debía de hacerlo por el camino de hierro [ferrocarril] en que nunca había andado. A las once del día señalado nos trasladamos con mi amigo el señor Guerrico al establecimiento de carruajes de vapor de la línea de Orleans, detrás del Jardín de Plantas. El convoy, que debía partir pocos momentos después, se componía de 25 a 30 carruajes de tres categorías. Acomodadas las 800 a 1000 personas que hacían el viaje, se oyó un silbido, que era la señal preventiva del momento de partir.
Un silencio profundo le sucedió, y el formidable convoy se puso en movimiento apenas se hizo oír el eco de la campana que es la señal de partida. En los primeros instantes, la velocidad no es mayor que la de los carros ordinarios; pero la extraordinaria rapidez que ha dado a este sistema de locomoción la celebridad de que goza, no tarda en aparecer. El movimiento entonces es insensible, a tal punto, que uno puede conducirse en el coche como si se hallase en su propia habitación. Los árboles y edificios que se encuentran en el borde del camino parecen pasar por delante de las ventanas del carruaje con la prontitud del relámpago, formando un soplo parecido al de la bala.
A eso de la una de la tarde se detuvo el convoy en Ris; de allí a la casa del general San Martín hay una media hora, que anduvimos en un carruaje enviado en busca nuestra por el señor Balcarce. La casa del general San Martín está circundada de calles estériles y tristes que forman los muros de las heredades vecinas. Se compone de un área de terreno igual, con poca diferencia, a una cuadra cuadrada nuestra. El edificio es de un solo cuerpo y dos pisos altos. Sus paredes, blanqueadas con esmero, contrastan con el negro de la pizarra que cubre el techo, de forma irregular. Una hermosa acacia blanca da su sombra al alegre patio de la habitación.
EN UN ÁNGULO DE LA HABITACIÓN, COLGABA IMPASIBLE LA GLORIOSA ESPADA QUE CAMBIÓ LA FAZ DE LA AMÉRICA OCCIDENTAL
El terreno que forma el resto de la posesión está cultivado con esmero y gusto exquisito: no hay un punto en que no se alce una planta estimable o un árbol frutal. Dalias de mil colores, con una profusión extraordinaria, llenan de alegría aquel recinto delicioso. Todo en el interior de la casa respira orden, conveniencia y buen tono. La digna hija del general San Martín, la señora Balcarce, cuya fisonomía recuerda con mucha vivacidad la del padre, es la que ha sabido dar a la distribución doméstica de aquella casa el buen tono que distingue su esmerada educación. El general ocupa las habitaciones altas que miran al Norte. He visitado su gabinete lleno de la sencillez y método de un filósofo. Allí, en un ángulo de la habitación, descansaba impasible colgada al muro la gloriosa espada que cambió un día la faz de la América occidental. Tuve el placer de tocarla y verla a mi gusto; es excesivamente curva, algo corta, el puño sin guarnición; en una palabra, de la forma denominada vulgarmente moruna. Está admirablemente conservada: sus grandes virolas son amarillas, labradas, y la vaina que la sostiene es de un cuero negro graneado semejante al del jabalí. La hoja es blanca enteramente, sin pavón ni ornamento alguno. A su lado estaban también las pistolas grandes, inglesas, con que nuestro guerrero hizo la campaña al Pacífico.
Adrián Escandar
Vista la espada, se venía naturalmente el deseo de conocer el trofeo con ella conquistado. Tuve, pues, el gusto de examinar muy despacio el famoso estandarte de Pizarro, que el Cabildo de Lima regaló al general San Martín, en remuneración de sus brillantes hechos.
Abierto completamente sobre el piso del salón, le vi en todas sus partes y dimensiones. Es como de nueve cuartas. El fleco, de seda y oro, ha desaparecido casi totalmente. Se puede decir que del estandarte primitivo se conservan apenas algunos fragmentos adheridos con esmero a un fondo de seda amarillo. El pedazo más grande es el del centro, especie de chapón donde, sin duda, estaba el escudo de armas de España, y en que hoy no se ve sino un tejido azul confuso y sin idea ni pensamiento inteligible. Sobre el fondo amarillo o caña del actual estandarte se ven diferentes letreros, hechos con tinta negra, en que se manifiestan las diferentes ocasiones en que ha sido sacado a las procesiones solemnes por los alférez reales que allí mismo se mencionan.
BOLÍVAR, DEMASIADO CELOSO DE SU GLORIA PERSONAL, NO QUISO CEDER A NADIE LA OBRA
¿Quién si no el general San Martín debía poseer este brillante gaje de una dominación que había abatido con su espada? Se puede decir con verdad que el general San Martín es el vencedor de Pizarro; ¿A quién, pues, mejor que al vencedor tocaba la bandera del vencido? La envolvió a su espada y se retiró a la vida obscura, dejando a su gran colega de Colombia la gloria de concluir la obra que él había casi llevado hasta su fin. Los documentos que a continuación de esta carta se publican por primera vez en español, prueban de una manera evidente que el general San Martín hubiera podido llevar a cabo la destrucción del poder militar de los españoles de América, y que aún lo solicitó también con un interés, y una modestia inaudita en un hombre de su mérito. Pero sin duda esta obra era ya incumbencia de Bolívar; y éste, demasiado celoso de su gloria personal, no quiso cederla a nadie. El general San Martín, como se ve, pues, no dejó inacabado un trabajo que hubiera estado en su mano concluir.
Como parece estar decidido de un modo providencial que nuestros hombres célebres del Río de la Plata, hayan de señalarse por alguna originalidad o aberración de carácter, también nuestro Titán de los Andes ha debido tener la suya. Si pudiéramos considerarlo hombre capaz de artificio o disimulo en las cosas que importan a su gloria, sería cosa de decir que él habla abrazado intencionalmente esta singularidad; porque, en efecto, la última enseña que hay que agregar a un pecho sembrado de escudos de honor, capaz de deslumbrarlos a todos, es la modestia.
LA MODESTIA. HE AQUÍ LA MANÍA DEL GENERAL SAN MARTÍN
He aquí la manía, por decirlo así del general San Martín; y digo la manía, porque lleva esta calidad más allá de lo conveniente a un hombre de su mérito. Por otra parte, bueno es que de este modo vengan a hallarse compensadas las buenas y malas cosas de nuestra historia americana. Mientras tenemos hombres que no están contentos sino cuando se les ofusca con el incienso del aplauso por lo bueno que no han hecho, tenemos otros que verían arder los anales de su gloria individual sin tomarse el comedimiento de apagar con el fuego destructor.
No hay ejemplo (que nosotros sepamos) de que el general San Martín haya facilitado datos ni notas para servir a redacciones que hubieran podido serles muy honrosas; y difícilmente tendremos hombre público que haya sido solicitado más que él para darlas.
La adjunta carta al general Bolívar, que parecía formar una excepción de esta práctica constante, fue cedida al Sr. Lafond (1), editor de ella, por el secretario del Libertador de Colombia. Se me ha dicho que cuando la aparición de la Memoria sobre el general Arenales publicada por su hijo, un hombre público de nuestro país, escribió al general San Martín, solicitando de él algunos datos y su consentimiento para refutar al coronel Arenales, en algunos puntos en que no se apreciaba con la bastante latitud los hechos esclarecidos del Libertador de Lima. El general San Martín rehusó los datos y hasta el permiso de refutar a nadie en provecho de su celebridad.
EL ACTUAL REY DE FRANCIA, CONOCEDOR DE LA HISTORIA AMERICANA, SUPO QUE SAN MARTÍN SE HALLABA EN PARÍS Y QUISO VERLO
El actual rey de Francia, que es conocedor de la historia americana, habiendo hecho reminiscencia del general San Martín, en presencia de un agente público de América, con quien hablaba a la sazón, supo que se hallaba en París desde largo tiempo.
Y como el rey aceptase la oferta que le fue hecha inmediatamente de presentar ante S. M. al general americano, no tardó éste con ser solicitado con el fin referido; pero el modesto general, que nada tiene que hacer con los reyes, y que no gusta de hacer la corte ni que se la hagan a él; que no aspira ni ambiciona distinciones humanas, pues que está en Europa, se puede decir, huyendo de los homenajes de catorce Repúblicas, libres en gran parte por su espada, que si no tiene corona regia, la lleva de frondosos laureles, en nada menos pensó que en aceptar el honor de ser recibido por S. M., y no seré yo el que diga que hubiese hecho mal en esto.
Antes de que el marqués Aguado (2) verificase en España el paseo que le acarreó su fin, hizo las más vehementes instancias a su antiguo amigo el general San Martín para que le acompañase al otro lado del Pirineo. El general se resistió observándole que su calidad de general argentino le estorbaba entrar en un país con el cual el suyo había estado en guerra, sin que hasta hoy tratado alguno de paz hubiese puesto fin al entredicho que había sucedido a las hostilidades; y que en calidad de simple ciudadano le era absolutamente imposible aparecer en España por vivos que fuesen los deseos que tenía de acompañarle.
El señor Aguado, no considerando invencible este obstáculo, hizo la tentativa de hacer venir de la Corte de Madrid el allanamiento de la dificultad. Pero fue en vano, porque el Gobierno español, al paso que manifestó su absoluta deferencia por la entrada del general San Martín como hombre privado, se opuso a que lo verificase en su rango de general argentino. El libertador de Chile y el Perú, que se dejaría tener por hombre obscuro en todos los pueblos de la tierra, se guardó bien de presentarse ante sus viejos rivales de otro modo con su casaca de Maipú y Callao; se abstuvo, pues, de acompañar a su antiguo camarada. El señor de Aguado marchó sin su amigo y fue la última vez que le vio en la vida. Nombrado testamentario y tutor de los hijos del rico banquero de París, ha tenido que dejar hasta cierto punto las habitudes de la vida inactiva que eran tan funestas a su salud. La confianza de la administración de una de las más notables fortunas de Francia, hecha a nuestro ilustre soldado, por un hombre que lo conocía desde la juventud, hace tanto honor a las prendas de su carácter privado, como sus hechos de armas ilustran su vida pública.
¿SERÁ POSIBLE QUE SUS ADIOSES DE 1829, HAYAN DE SER LOS ÚLTIMOS A LA AMÉRICA?
El general San Martín habla a menudo de la América, en sus conversaciones íntimas, con el más animado placer: hombres, sucesos, escenas públicas y personales, todo lo recuerda con admirable exactitud. Dudo sin embargo que alguna vez se resuelva a cambiar los placeres estériles del suelo extranjero, por los peligrosos e inquietos goces de su borrascoso país. Por otra parte, ¿será posible que sus adioses de 1829, hayan de ser los últimos que deba dirigir a la América, el país de su cuna y de sus grandes hazañas?
"Felizmente, el pasado no muere jamás completamente para el hombre. Bien puede el hombre olvidarlo, pero él lo guarda siempre en sí mismo. Porque tal cual es él en cada época es el producto y resumen de todas las épocas anteriores." (La Cité Antique, de Coulanges.)
Juan Bautista Alberdi
1) Alberdi hace referencia a la llamada "Carta de Lafond": una carta de San Martín a Bolívar fechada en agosto de 1822 y que el primero habría cedido al marino francés Gabriel Lafond de Lurcy, quien la publicó. En ella, el general formula duros reproches a Bolívar por su actitud en Guayaquil. Muchos historiadores han discutido la veracidad de la carta, ya que el original no existe; sólo la edición de Lafond. Sin embargo, varios de los conceptos allí vertidos fueron reiterados por San Martín en otras cartas enviadas a amigos, como Tomás Guido y Guillermo Miller.
2) En referencia al banquero español Alejandro Aguado, amigo y benefactor del general San Martín durante su exilio en Francia.
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