sábado, 27 de junio de 2015

Padres y esposa del Gral.Don Josè de San Martìn

LOS PADRES DE SAN MARTÍN
Padres
Su padre, Juan de San Martín, hijo de Andrés de San Martín e Isidora Gómez, había nacido en la villa de Cervatos de la Cueza, en la actual Provincia de Palencia (antiguo Reino de León, España), y era Teniente gobernador del departamento. Sirvió como militar a la Corona española y en 1774 fue nombrado gobernador del Departamento Yapeyú, parte de la Gobernación de las Misiones Guaraníes, creada para administrar las treinta misiones jesuíticas guaraníes, luego de que la orden fuera expulsada de América por el rey Carlos III en 1767, con sede en la reducción de Yapeyú.
Su madre, Gregoria Matorras del Ser, hija de Domingo Matorras y María del Ser, también había nacido en la Provincia de Palencia, el 12 de marzo de 1738, concretamente en Paredes de Nava. Era prima hermana de Jerónimo Matorras, Gobernador y Capitán General del Tucumán.
Juan de San Martín contrajo nupcias con Gregoria, por poder —fue representado por el capitán de dragones Juan Francisco de Somalo— el 1 de octubre de 1770, con las bendiciones del obispo de Buenos Aires, Manuel Antonio de la Torre. Poco después se trasladaron a Calera de las Vacas (actualmente Calera de las Huérfanas, en Uruguay), como administrador de la estancia jesuítica, y allí nacieron tres de sus hijos. Al cesar en ese cargo fue designado teniente gobernador de Yapeyú, cargo que asumió en 1775; sus otros dos hijos nacieron en ese lugar, siendo José el menor de ellos. Juan de San Martín organizó el cuerpo militar de naturales guaraníes compuesto por 550 hombres, destinado a contener los avances portugueses y las incursiones de los indígenas charrúas. En 1779, Juan de San Martín ascendió al grado de capitán del ejército real; poco después Gregoria Matorras volvió a Buenos Aires con sus cinco hijos y se reunió allí con su esposo en 1781. En abril de 1784, Juan de San Martín y su familia llegaron a Cádiz. Falleció el 4 de diciembre de 1796 en Málaga. Sus restos fueron trasladados al cementerio de La Recoleta, Buenos Aires. Desde que Juan de San Martín falleció en Málaga, Gregoria vivió acompañada por su hija María Elena y su nieta Petronila, recibió una modesta pensión. Murió en Orense, Galicia, el 1 de junio de 1813.
Hermanos
San Martín fue el menor de cinco hermanos: María Elena (18 de agosto de 1771), Manuel Tadeo (28 de octubre de 1772) y Juan Fermín(5 de febrero de 1774), nacidos en la Real Calera de las Vacas, jurisdicción de la parroquia de Las Víboras, y Justo Rufìno (1776), nacido ya en Yapeyú como su hermano José Francisco.
En España todos los hermanos siguieron la carrera militar y mantuvieron escaso contacto entre ellos. Sin embargo, José de San Martín mantuvo contacto epistolar con ellos, así como con María Elena. Es posible que, ya exiliado en Europa, José de San Martín no supiera que su hermano Juan Fermín, muerto en Manila, hubiera tenido hijos, de modo que supuso que la única descendiente de sus hermanos era Petronila González Menchaca, la hija de María Elena.
El 18 de agosto de 1793, Justo Rufino de San Martín solicitó ingresar en el ejército español, fue admitido en el Real Cuerpo de Guardias de Corps el 9 de enero de 1795. Más tarde se incorporó al Regimiento de Caballería Húsares de Aragón, con el grado de capitán. Tomó parte en la Guerra de Independencia y participó en importantes hechos de ésta. Cuando José de San Martín se exilió, Justo lo acompañó en Bruselas y en París en distintas ocasiones entre 1824 y 1832. Falleció en Madrid en 1832.
Nota: Imágenes: Escudo de Armas de los San Martín; Su Padre Juan de San Martín; Su Madre Gregoria Matorras.-
Recopilación histórica:
Carlos Alberto Espiño
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REMEDIOS DE ESCALADA DE SAN MARTÍN
Nació en Buenos Aires el 20 de noviembre de 1797, siendo sus padres D. José Antonio de Escalada, rico comerciante, canciller de la Real Audiencia de 1810, y doña Tomasa de la Quinta Aoiz Riglos y Larrazábal. Esta ilustre familia -ha dicho un historiador- se caracterizó siempre en la colonia y en la república, por el mérito de sus varones y el boato representativo de sus mujeres. Se recuerda entre las familias porteñas el empleador de las veladas y fiestas con que estos señores Escalada mantenían el prestigio de su elevada posición.
Remedios, esposa del general San Martín más tarde, era de una delicadeza exquisita. Su elevado sentido de la dignidad y sus patrióticas virtudes envuelven su recuerdo en un aroma agradable, ocupando un lugar destacado entre las damas de la época, por haber sido la que primero tuvo el noble y patriótico gesto de desprenderse de sus sortijas y aderezos para contribuir a la formación de las huestes patriotas.
Remedios tenia 14 años cuando arribó a nuestras playas el Teniente Coronel de caballería D. José de San Martín, grado adquirido en una interminable serie de combates, ora en la madre patria contra el extranjero invasor, ora en África, guerreando contra la morisca audaz y bravía.
Al llegar a su patria, ofreció su brazo y su espada a la causa emancipadora, y el gobierno de las Provincias Unidas se apresuró a aceptar tan patriótico ofrecimiento, sin soñar acaso, que al hacerlo acababa de armar caballero de la causa americana al más decidido y esforzado paladín, que debía escribir largas páginas brillantes, rebosantes de gloria y exuberantes de nobles ejemplos para las generaciones futuras. Desde el momento en que San Martín ofreció sus servicios al la causa de la independencia, la casa de la familia Escalada, que era un centro de patriotas de la Revolución, le abrió sus puertas y fue uno de los más asiduos concurrentes. Allí conoció a la niña que debía ser después su esposa. El futuro adalid, llegó pobre y sin relaciones, no trayendo más que una buena foja de servicios de España y el propósito de prestar leales y desinteresados servicios a su patria.
José Antonio de Escalada, con clara visión, entrevió en aquel arrogante militar a un general de nota y no tuvo inconvenientes en aceptar los galanteos a su hija, no obstante la diferencia de edad entre ambos, que llegaba casi a 20 años: "ella, niña, no muy alta, delgada y de poca salud; él de edad madura, estatura atlética, robusto y fuerte como un roble".
San Martín al vincularse a esa familia conquistaba posición y atraía a las filas del Escuadrón de Granaderos a Caballo, que estaba organizando, a una pléyade de oficiales, como sus hermanos políticos Manuel y Mariano y sus amigos, los Necochea, Manuel J. Soler, Pacheco, Lavalle, los Olazábal, los Olavarría y otros que llenaron después con su espada páginas admirables en la epopeya americana. Desde que San Martín conoció a Remedios, como él llamaba a su tierna compañera, se enamoró de ella y comenzó el idilio que terminaría en el matrimonio celebrado en forma muy íntima en la Catedral de Buenos Aires, el 12 de septiembre de 1812. Fueron sus testigos "entre otros -dice la partida original- el sargento mayor de Granaderos a Caballo D. Carlos de Alvear y su esposa doña Carmen Quintanilla.
No habían transcurrido tres meses de la fecha en que se celebró la boda, cuando el coronel San Martín recogía su primer laurel en los campos de San Lorenzo, donde, como es sabido, muy poco faltó para que doña Remedios quedase viuda. Desde este instante su talla militar adquiere contornos gigantescos y es el comienzo real de su vida pública que terminaría simultáneamente con los días de su esposa, once años después.
Cuando San Martín marchó a tomar el mando del Ejército del Norte, Remedios quedó en Buenos Aires. Fue en esa época cuando el ilustre soldado sintió los primeros síntomas del grave mal que debía alarmarlo en una gran parte de su agitada existencia, mal que lo obligó a trasladarse a la provincia de Córdoba, al establecimiento de campo de un amigo, reponiéndose algún tiempo después de sus dolencias. Cuando fue designado Gobernador Intendente de la provincia de Cuyo, su esposa lo acompañó en su estadía en Mendoza y apenas llegó ella a esta ciudad, la casa del General se transformó en alegre y hospitalaria, en un centro radioso de la sociedad mendocina, por obra de su exquisita cultura y el prestigio de su bondad y virtudes. A ella concurrían los oficiales y los jóvenes de la localidad que después se agregaron, Palma, Díaz, Correa de Sáa, los Zuloaga y Corvalán, que unidos a los primeros cruzaron la cordillera y formando parte de los vencedores, llegaron hasta la Ciudad de los Virreyes, en el paseo triunfal que realizaron a través de media América.
En el mes de enero de 1817, el Ejército de los Andes emprendió la colosal empresa que debía cubrirlo de laureles y su comandante en jefe dejó el hogar para no volver a él sino de paso, en los entreactos que le permitían sus victorias. Así continuó el andar del tiempo y en 1819, San Martín, que tenía su pensamiento aferrado a la idea de afianzar la independencia de su Patria atacando al enemigo en el centro de su poderío, el Perú, pidió a su esposa que regresara a casa de sus padres y así lo hizo "Remeditos", revelando que era tan tierna como obediente esposa. Ya tenía entonces a su pequeña Mercedes de San Martín, que sería más tarde esposa de D. Mariano Balcarce, única hija del matrimonio, la cual había nacido en Mendoza, en 1816. Acompañáronla en su viaje, su hermano, el Teniente Coronel Mariano de Escalada, y su sobrina Encarnación Demaría, que después fue señora de Lawson.
Remedios de Escalada de San Martín tras su traslado de Mendoza a Buenos Aires vivió en la casa de sus padres, y agravada la enfermedad que padecía, por consejo médico debió trasladarse a una quinta de los alrededores (actual Parque de los Patricios), de propiedad de su medio hermano Bernabé. Abatida y enferma, esperaba siempre la vuelta de su esposo, anunciada tantas veces. La muerte de su padre, acaecida el 16 de noviembre de 1821, agravó su malestar, justamente en los momentos en que el héroe renunciaba a los goces de la victoria y de las delicias del poder, después de la célebre entrevista de Guayaquil, y se retiraba para siempre de la escena política, cerrando su vida pública con un broche de oro, que deberá ser siempre profundamente comprendido por las generaciones futuras, porque su renunciamiento evitó la guerra civil en Sud América que habría destruido la obra emancipadora iniciada en mayo de 1810.
Profundamente atormentada por sus preocupaciones, que facilitaron el desarrollo del terrible mal en su delicado organismo, falleció en la quinta en que se radicó para combatir su enfermedad el 3 de agosto de 1823. San Martín se encontraba en Mendoza y en junio había escrito su última carta a D. Nicolás Rodríguez Peña, en que le decía que habíale llegado el aviso de que su mujer estaba moribunda, cosa que lo tenía de "muy mal humor", pero sus propios males le impidieron llegar a Buenos Aires para recibir de su esposa el postrer beso, antes de iniciar viaje sin retorno.
"Murió como una santa -refería su sobrina Trinidad Demaría de Almeida, que rodeó su lecho en los últimos instantes- pensando en San Martín, que no tardó en llegar algunos meses después, con amargura en el corazón y un desencanto y melancolía que no le abandonaron jamás". De regreso en Buenos Aires, el General San Martín -entre noviembre de 1823 y febrero de 1824- hizo construir un monumento en mármol, en el cementerio de la Recoleta, para depositar en él los restos de su Remeditos, en el que hizo grabar el siguiente epitafio: "AQUI YACE REMEDIOS DE ESCALADA, ESPOSA Y AMIGA DEL GENERAL SAN MARTIN"
Monumento que cubre los restos de la que "fue digna hija, virtuosa esposa, madre amantísima, patricia esclarecida y mujer merecedora del respeto general"
Remedios de Escalada de San Martín figuró en la Sociedad Patriótica, asistió al célebre "complot de los fusiles", en que las damas patricias se propusieron armarun contingente con su peculio particular, y tomó parte en todas las iniciativas promovidas por las mujeres de la época en pro del movimiento emancipador.
El documento que redactan aquellas nobles damas que se propusieron reforzar los contingentes que bregaban por afianzar la independencia nacional, con la famosa empresa llamada el "complot de los fusiles", terminaba con las palabras siguientes: "Yo armé el brazo de ese valiente que aseguró su gloria y nuestra libertad."
Por Enrique Yaben

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