La tradición dice que San Alejandro I (6º papa, del 106 al 115) instituyó el uso del agua bendita, a la que había que añadir sal, para purificar las casas cristianas, así como también introdujo en la eucaristía el pan ácimo y el vino mezclado con agua.
En la liturgia, el agua es un símbolo exterior de la pureza interior.
El agua es esencial para la celebración del bautismo. Significa la limpieza del pecado: "Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar (baptizein en griego) significa "sumergir", "introducir dentro del agua"; la "inmersión" en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con El (véase Romanos 6,3-4 y Colosenses 2,12) como "nueva criatura" (2 Corintios 5,17; Galatas 6,15)."
En la Santa Misa, unas gotas de agua se mezclan con el vino para indicar la unión de Cristo y los fieles y la sangre y el agua que brotaron del corazón de Cristo en la cruz.
La bendición con agua se utiliza como signo que nos recuerda el bautismo. Se utiliza en la misa en ocasiones especiales, como la Vigilia Pascual, bodas y funerales. El agua bendita se utiliza también como sacramental para bendecir personas o artículos.
La Iglesia no tiene ninguna instrucción que prohíba tomar el agua bendita, mientras que se haga con devoción no hay dificultad.
La Iglesia no tiene ninguna instrucción que prohíba tomar el agua bendita, mientras que se haga con devoción no hay dificultad.
"El Agua Bendita en la entrada de las Iglesias."
La gente se suele quejar de que se distrae mucho en la Iglesia, el demonio tiene gran interés en distraernos justo cuando vamos a estar en contacto con las realidades sagradas. Por eso es tan útil el agua bendita de la entrada. Aún usando el agua bendita podemos despistarnos, pero tendremos la seguridad de que esas distracciones proceden de nosotros y no del demonio.
La gente se suele quejar de que se distrae mucho en la Iglesia, el demonio tiene gran interés en distraernos justo cuando vamos a estar en contacto con las realidades sagradas. Por eso es tan útil el agua bendita de la entrada. Aún usando el agua bendita podemos despistarnos, pero tendremos la seguridad de que esas distracciones proceden de nosotros y no del demonio.
"Si uno se santigua con Agua Bendita con devoción, eso produce tres efectos:"
1-Atrae la gracia divina, purifica el alma y aleja al demonio.
2-Ese gesto de santiguarse con esa agua, nos trae gracias divinas por la oración de la Iglesia. La Iglesia ha orado sobre esa agua con el poder de la Cruz de Cristo. El poder sacerdotal ha dejado una influencia sobre esa agua. Al mismo tiempo purifica parte de nuestros pecados, tanto los veniales como el reato que quede en nuestra alma.
3- El tercer poder del agua bendita es alejar al demonio. El demonio puede entrar perfectamente en una iglesia, sus muros no le contienen, el suelo sagrado no le refrena. Sin embargo el AGUA BENDITA, SI QUE LE ALEJA.
"Agua Bendita durante la cuaresma"
El agua bendita no se debe quitar ni en adviento ni en cuaresma. La Congregación para el Culto Divino establece, el 14 de Marzo del 2000, que: "No está permitido quitar el Agua Bendita de las fuentes durante la temporada de la cuaresma."
Según la congregación, los fieles deben servirse frecuentemente de los sacramentos y sacramentales también en el tiempo de cuaresma. Añadiendo que la práctica de la Iglesia es vaciar las fuentes de agua bendita para los días del Santo Triduum (Viernes y Sábado Santo) en los que no se celebra la Santa Misa, en preparación para la Vigilia Pascual.
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