
BREVE HISTORIA Y ORACION:
La pequeña imagen de arcilla cocida (terracota) apenas mide 38 centímetros pero es inmensa porque representa a la Madre de Dios. Tiene un aire parecido a las obras de Murillo. Se trata de una representación de la Inmaculada Concepción modelada en Brasil y enviada a la Argentina en mayo de 1630. La capilla primitiva estuvo en la casa de Don Rosendo. Un santuario mayor y más bello se terminó en 1685 y el templo actual fue construido en el siglo XIX.
En 1887 la imagen fue recubierta de un armazón de plata sólida pensando así detener su deterioro. Viste una hermosa túnica blanca y un manto azul celeste (colores de la bandera Argentina). La Virgen es morena, de rostro ovalado y ojos azules. Tiene las manos en oración junto al pecho.
LA CORONA DE LA VIRGEN
La corona fue encargada por el padre Jorge María Salvaire -gran promotor del culto a la Virgen de Luján y de la construcción de la actual monumental basílica- a la casa Poussielgue Roussand, en París, con las joyas que había donado, para tal fin, el pueblo fiel argentino.
La corona es de estilo gótico florido, de oro y piedras preciosas, con forma de corona imperial. Pesa en total medio kilo, su diámetro mayor es de unos 13 centímetros, y su altura, hasta la cúspide de la cruz, es de 14 centímetros.
Fue bendecida personalmente por el papa León XIII el 30 de septiembre de 1886. La coronación fue presidida en nombre del Sumo Pontífice por el entonces Arzobispo de Buenos Aires, monseñor León Federico Aneiros, ante cerca de 40.000 personas.
Robada en septiembre de 1897, la corona fue recuperada poco después. A monseñor Uladislao Castellano, que desde 1895 era Arzobispo de Buenos Aires tras la muerte de monseñor Aneiros, le tocó volver a coronar a la Virgen, el 7 de noviembre de 1897.
"La corona luce 8 escudos: los de Argentina, Uruguay, Paraguay, España, el del Papa Pío IX, quien siendo canónigo en 1824 visitara y diera misa en Luján, el de S.S. León XIII, que bendijera la corona en 1886 y los de Monseñor Aneiros, porteño y Mons. Castellano, cordobés, ya que ambos coronaron la imagen de la Virgen". (Sin embargo, en la "Historia de Nuestra Señora de Luján - Su culto, su santuario y su pueblo", editada en 1932, se afirma que la corona tiene "doce piezas esmaltadas", seis de ellas representando "cabezas de querubes", mientras que "los otros seis esmaltes (...) representan diferentes escudos y van distribuidos en la venda de la diadema; son los de la República Argentina, Pío IX, León XIII, Arzobispo, España y República Oriental". Ignoramos si los otros dos escudos fueron añadidos con posterioridad).
Ateniéndonos a la primera lista de escudos, tenemos:
-Los escudos de Argentina, Uruguay y Paraguay, los países "del Plata" de los que es Patrona la Virgen de Luján: En la mayoría de las representaciones de la Virgen de Luján (por ejemplo en la estampa oficial que encabeza esta entrada) aparecen los tres escudos en la medialuna que hay al pie de la imagen. En algunas ocasiones falta el escudo paraguayo.
-El escudo de España, “en memoria de los dos siglos de protección, con que España distinguió a este venerable Santuario”, como se afirma, por ejemplo, en el sitio de las peregrinaciones juveniles a Luján:
El escudo del Papa Pío IX, quien en 1824, siendo canónigo, de paso para Chile, visitara y dijera Misa en Luján (estas armas se presentan en la soberbia versión de Marco Foppoli):
-El escudo de S.S. León XIII, quien bendijera la corona en 1886:
-El escudo de Mons. Aneiros, a quien le tocó coronar la imagen en 1887:
-El escudo de Mons. Castellano, que exhibe en su campo superior, justamente, la imagen de la Virgen de Luján.
En todos estos escudos se condensa el homenaje que los siglos, la Patria y la Iglesia que peregrina en la Argentina rinden a la Patrona de la Nación. Nos unimos a este homenaje.
La pequeña imagen de arcilla cocida (terracota) apenas mide 38 centímetros pero es inmensa porque representa a la Madre de Dios. Tiene un aire parecido a las obras de Murillo. Se trata de una representación de la Inmaculada Concepción modelada en Brasil y enviada a la Argentina en mayo de 1630. La capilla primitiva estuvo en la casa de Don Rosendo. Un santuario mayor y más bello se terminó en 1685 y el templo actual fue construido en el siglo XIX.
En 1887 la imagen fue recubierta de un armazón de plata sólida pensando así detener su deterioro. Viste una hermosa túnica blanca y un manto azul celeste (colores de la bandera Argentina). La Virgen es morena, de rostro ovalado y ojos azules. Tiene las manos en oración junto al pecho.
LA CORONA DE LA VIRGEN
La corona fue encargada por el padre Jorge María Salvaire -gran promotor del culto a la Virgen de Luján y de la construcción de la actual monumental basílica- a la casa Poussielgue Roussand, en París, con las joyas que había donado, para tal fin, el pueblo fiel argentino.
La corona es de estilo gótico florido, de oro y piedras preciosas, con forma de corona imperial. Pesa en total medio kilo, su diámetro mayor es de unos 13 centímetros, y su altura, hasta la cúspide de la cruz, es de 14 centímetros.
Fue bendecida personalmente por el papa León XIII el 30 de septiembre de 1886. La coronación fue presidida en nombre del Sumo Pontífice por el entonces Arzobispo de Buenos Aires, monseñor León Federico Aneiros, ante cerca de 40.000 personas.
Robada en septiembre de 1897, la corona fue recuperada poco después. A monseñor Uladislao Castellano, que desde 1895 era Arzobispo de Buenos Aires tras la muerte de monseñor Aneiros, le tocó volver a coronar a la Virgen, el 7 de noviembre de 1897.
"La corona luce 8 escudos: los de Argentina, Uruguay, Paraguay, España, el del Papa Pío IX, quien siendo canónigo en 1824 visitara y diera misa en Luján, el de S.S. León XIII, que bendijera la corona en 1886 y los de Monseñor Aneiros, porteño y Mons. Castellano, cordobés, ya que ambos coronaron la imagen de la Virgen". (Sin embargo, en la "Historia de Nuestra Señora de Luján - Su culto, su santuario y su pueblo", editada en 1932, se afirma que la corona tiene "doce piezas esmaltadas", seis de ellas representando "cabezas de querubes", mientras que "los otros seis esmaltes (...) representan diferentes escudos y van distribuidos en la venda de la diadema; son los de la República Argentina, Pío IX, León XIII, Arzobispo, España y República Oriental". Ignoramos si los otros dos escudos fueron añadidos con posterioridad).
Ateniéndonos a la primera lista de escudos, tenemos:
-Los escudos de Argentina, Uruguay y Paraguay, los países "del Plata" de los que es Patrona la Virgen de Luján: En la mayoría de las representaciones de la Virgen de Luján (por ejemplo en la estampa oficial que encabeza esta entrada) aparecen los tres escudos en la medialuna que hay al pie de la imagen. En algunas ocasiones falta el escudo paraguayo.
-El escudo de España, “en memoria de los dos siglos de protección, con que España distinguió a este venerable Santuario”, como se afirma, por ejemplo, en el sitio de las peregrinaciones juveniles a Luján:
El escudo del Papa Pío IX, quien en 1824, siendo canónigo, de paso para Chile, visitara y dijera Misa en Luján (estas armas se presentan en la soberbia versión de Marco Foppoli):
-El escudo de S.S. León XIII, quien bendijera la corona en 1886:
-El escudo de Mons. Aneiros, a quien le tocó coronar la imagen en 1887:
-El escudo de Mons. Castellano, que exhibe en su campo superior, justamente, la imagen de la Virgen de Luján.
En todos estos escudos se condensa el homenaje que los siglos, la Patria y la Iglesia que peregrina en la Argentina rinden a la Patrona de la Nación. Nos unimos a este homenaje.
ORACIÓN A NTRA. SRA. DE LUJAN
¡Virgen de Luján, Madre de Dios!
Tú, que en una humilde imagen
De tu pura y limpia Concepción
Quisiste quedarte milagrosamente
En las orillas del Río Luján como signo
De tu maternal protección sobre
El Pueblo Argentino, llévanos de tu mano
Para que podamos llegar hasta tu Divino Hijo Jesucristo,
Salvador Nuestro.
AMEN.
¡Virgen de Luján, Madre de Dios!
Tú, que en una humilde imagen
De tu pura y limpia Concepción
Quisiste quedarte milagrosamente
En las orillas del Río Luján como signo
De tu maternal protección sobre
El Pueblo Argentino, llévanos de tu mano
Para que podamos llegar hasta tu Divino Hijo Jesucristo,
Salvador Nuestro.
AMEN.
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