En la madrugada de el 3 de marzo de este año fue asesinada Berta Cáceres Flores,prestigiosa líder indígena ambientalista de Honduras, conocida por su lucha contra proyectos hidroeléctricos y mineros en tierras de grupos étnicos, lo que desató una ola de indignación dentro y fuera del país. La maestra de 43 años fue atacada a tiros por dos hombres en su residencia en la semi rural ciudad de La Esperanza, unos 180 kilómetros al oeste de la capital Tegucigalpa, pese a que tenía medidas cautelares de protección por haber sido amenazada en reiteradas ocasiones.
Berta Cáceres Flores organizó al pueblo lenca, la mayor etnia indígena de Honduras, en su lucha contra la represa de Agua Zarca. La construcción estaba prevista en el noroeste del país en el Río Gualcarque, sagrado para las comunidades indígenas y vital para su supervivencia.
La campaña emprendida por Cáceres logró que el constructor más grande de represas a nivel mundial, la compañía de propiedad estatal china Sinohydro, retirara su participación en el proyecto hidroeléctrico. La Corporación Financiera Internacional, institución del Banco Mundial que invierte en el sector privado, también abandonó la iniciativa.
En abril de 2015 Berta Cáceres recibió el Premio Medioambiental Goldman, la mayor distinción para activistas que luchan por el medio ambiente. Ese mismo mes se revelaba que Honduras registraba el mayor número de asesinatos de ambientalistas por habitante y el cuarto puesto a nivel mundial (Brasil era el primero), con 12 asesinados en 2014.
Del muro de @Gabriela Martínez Meillon
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