14-2-2014.Roma.
"Queridos jóvenes, no tengan miedo a casarse. Unidos en matrimonio fiel y fecundo, serán felices". "El miedo de una elección definitiva es un miedo general, propio de nuestra cultura, en la que todo cambia y nada dura. "¿Cómo se cura el miedo al para siempre?": "Con pequeños pasos, crecimiento común, compromiso de volverse hombres y mujeres maduros".El amor es una relación que crece y "se construye como una casa" en conjunto. "Juntos, no solos".Debemos alejarnos de "los sentimientos de arena, que van y vienen" y generar una unión basada en "una roca sólida". "La cortesía conserva el amor. Parece fácil decir gracias, la enseñamos a los niños, pero después olvidamos esa palabra. No es fácil entrar con cortesía en la vida de los otros. Pero el amor verdadero no se impone con dureza ni agresividad". "El secreto del amor es nunca terminar el día sin hacer paz. Recuerden, nunca terminen el día sin hacer paz. No terminemos nunca la jornada sin pedir perdón. Es habitual pelear entre esposos, que vuelen platos. Sabemos que no existe la familia perfecta, ni el marido perfecto, ni la esposa perfecta, ni hablemos de la suegra perfecta. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir perdón: perdón si levanté la voz, si no saludé, si llegué tarde, si me olvidé". "Matrimonio tiene que ser una linda fiesta, pero con Jesús, no con un espíritu mundano. Algunos están más preocupados por señales externas, como el vestido, las fotos, las flores y el banquete". Hago hincapié en el "trabajo artesanal y diario" que implica la unión, y en la tarea de fomentar que "el otro crezca"."Los hijos tendrán herencia de un papá y una mamá que crecieron juntos, haciéndose el uno al otro, más hombre, más mujer".
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