
Las enfermedades de la sociedad contemporánea, están marcadas por una misma epidemia llamada corrupción, unida en cadena a un gravísimo extravío de valores humanos y al mal del hombre ambicioso, egoísta y desamorado, que un día adquiere poder.
En la actualidad podemos ver en la pantalla de televisión, un desfile de mentirosos, traicioneros, manipuladores, ladrones, sospechosos de homicidios, violentos, poderosos y corruptos que empobrecen a un pueblo que casi se ha resignado a hablar, a anunciar y denunciar lo que a diario sufre y repudia.
Las enfermedades de la sociedad contemporánea, no dejan a nadie afuera. Incluyen a todos y a todas sin importar raza, color, religión, condición social, pero si ideología.
Queda prohibido no contagiarse, no abrazarse en estas glorias de la oscuridad y de la mediocridad en la que se gestan; queda prohibido interiorizarse; queda prohibido buscar en un libro las medicinas contra la pobreza y la falta de valores; queda prohibido vacunarse con una dosis de humildad, sentido común y amor por el prójimo.
Queda prohibido no contagiarse, no abrazarse en estas glorias de la oscuridad y de la mediocridad en la que se gestan; queda prohibido interiorizarse; queda prohibido buscar en un libro las medicinas contra la pobreza y la falta de valores; queda prohibido vacunarse con una dosis de humildad, sentido común y amor por el prójimo.
Estas enfermedades han creado ramificaciones de pobreza, de grietas, de enfrentamientos entre hermanos, de barrios sumergidos en residuos, en los que el intenso ruido de los trenes, son la melodía diaria en la que sobreviven, en la que soñaban con la dignidad y con esa hierba de esperanza que poco a poco se consume entre las llamas, junto a esos afiches de campaña que ya no distraen a nadie.
Enfermedades para las que intento sugerir algunos métodos urgentes de prevención.
Querido humanidad: La cura definitiva a estas enfermedades está en que cada día, a cualquier hora y desde el lugar que nos encontremos, debemos ser responsables de nuestras palabras, pero más aún de nuestras acciones;
La cura a estas enfermedades está en amar profundamente la vida, la naturaleza humana y a todo el prójimo;
La cura a estas enfermedades está en ejercer responsablemente y de manera continua nuestra libertad y democracia;
La cura definitiva está en pensar y hacerse parte del sufrimiento ajeno, en salir del confort personal y atreverse a mirar más allá, pero con una mirada de amor que cambie recorridos, que tuerza la historia rígida y abrumadora que nos obligan a creer, cuando todos sabemos quiénes somos y hacia dónde vamos en estas condiciones de marcada desigualdad;
La cura está en una educación de calidad, una educación en valores, en la que el objetivo principal y articular, sea el de formar buenas personas, buenos ciudadanos, verdaderos sujetos de derechos y de deberes.
La cura a estas enfermedades está en amar profundamente la vida, la naturaleza humana y a todo el prójimo;
La cura a estas enfermedades está en ejercer responsablemente y de manera continua nuestra libertad y democracia;
La cura definitiva está en pensar y hacerse parte del sufrimiento ajeno, en salir del confort personal y atreverse a mirar más allá, pero con una mirada de amor que cambie recorridos, que tuerza la historia rígida y abrumadora que nos obligan a creer, cuando todos sabemos quiénes somos y hacia dónde vamos en estas condiciones de marcada desigualdad;
La cura está en una educación de calidad, una educación en valores, en la que el objetivo principal y articular, sea el de formar buenas personas, buenos ciudadanos, verdaderos sujetos de derechos y de deberes.
La cura a estas enfermedades está en la posibilidas de un trabajo digno, en la que el hombre pueda llevar el pan a la mesa de manera honesta y que en esa mesa que se reparta, se puedan conjugar los grandes proyectos de vida;
La cura está en la unión de la familia, de los amigos, del grupo de compañeros de trabajo, de estudio, y hasta del deporte que prácticas;
La cura esta en amar sin límites, en ser protagonistas de acciones de respeto, valoración y responsabilidad social;
La cura esta en amar sin límites, en ser protagonistas de acciones de respeto, valoración y responsabilidad social;
Hay dos vías para el progreso y la cura de estas malditas enfermedades. Son el trabajo y el estudio, como dos caminos honestos y siempre seguros, que dignifican al hombre y lo hacen libre e inmune de tanta destrucción y mediocridad
Yamil Sebastián Canelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario