viernes, 27 de noviembre de 2020

*La Señal de la Cruz*

EL VALOR DE LA "SEÑAL DE LA CRUZ".
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor, Dios nuestro,
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
¿Cuando te despiertas, te haces la “señal de la Cruz”? ¿Y antes de comer? ¿Y cuando te vas a dormir? ¿Al menos una vez al día? 
Si supieras la importancia de esta oración, te garantizo que la pondrías más en práctica.
Muchas personas, al no entender la importancia de esa oración, la hacen de forma displicente, haciendo apenas el gesto, sin la efectiva invocación a la Santísima Trinidad.
La “señal de la Cruz” no es un gesto ritualista, sino una verdadera y poderosa oración. Es la señal de los cristianos. Por medio de ella muchos santos invocaban la protección del Altísimo, a través de ella pedimos a Dios que, por los méritos de la Santa Cruz de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, Él nos libre de nuestros enemigos, y de todas las trampas del mal, que atentan contra nuestra salud física y espiritual.
SABES HACER "LA SEÑAL DE LA CRUZ"?
De forma solemne, sin prisa, y con la mayor devoción y respeto:
➕Por la señal de la Santa Cruz (en la cabeza): pedimos a Dios que nos dé buenos pensamientos, nobles y puros. Y que Él aleje de nosotros los pensamientos malos, que sólo nos causan mal.
➕De nuestros enemigos (sobre la boca): pedimos a Dios que de nuestros labios sólo salgan alabanzas. Que nuestro hablar sea siempre para la edificación del Reino de Dios y para el bienestar del prójimo.
➕Líbranos Señor, Dios nuestro (sobre el corazón): para que en nuestro corazón sólo reine el amor a la ley del Señor, alejándonos de todos los malos sentimientos, como el odio, la avaricia, la lujuria… Haciéndonos verdaderos adoradores.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén – Es el acto liberador y debe ser realizado con la mayor reverencia, consciencia, fe y amor, pues expresa nuestra fe en el Misterio de la Santísima Trinidad, núcleo de nuestra fe cristiana, Dios en sí mismo. Debe hacerse con la mano derecha, llevándola de la cabeza a la barriga, y del hombro izquierdo al derecho.
Ahora que sabes la importancia de la “señal de la Cruz”, hazla antes de salir de casa, antes de cualquier trabajo, en los momentos difíciles y en los momentos de alegría también.
Hazla sobre ti y, siempre que sea posible, en la cabeza de tu hijo, de tu esposo, de tu esposa, de tu hermano, de tu sobrino,…
Pide a Dios, siempre, que Él te libre y a los tuyos, de todos los males, con el objetivo de hacerlo todo -despertar, comer, estudiar, trabajar, dormir, viajar…- . el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.

martes, 3 de noviembre de 2020

Milonga del dinero

MILONGA DEL DINERO

Yo no mido la riqueza
por placeres del dinero
ni persigo el derrotero
de blasones y nobleza;
por si a alguno le interesa
mi opinión que se desata
y los tantos desempata
mientras dice su sentir:
la plata ayuda a vivir,
no hay que vivir por la plata.

Cosas que compra el dinero
suelen ser cosas nomás,
pero hay otras que jamás
las pagará un monedero;
pues su valor verdadero
no se tasa con divisas
y todo hombre las precisa
pa´ encontrar felicidad,
 son cosas que por verdad
yo llevo como premisa.

La familia bien formada
con cimientos de cariño,
la educación de los niños
en el respeto basada,
la dignidad afianzada
con el trajín cotidiano,
esas son cosas paisano
que se pueden obtener
aunque no llegue a tener
una fortuna en las manos.

No necesito mansión
ni un coche último modelo,
y tampoco me desvelo
por los lujos de ocasión;
no conozco ostentación,
mis afanes son modestos,
si no vivo con lo puesto
y en algo voy progresando
solo es porque trabajando
estuve siempre dispuesto.

¡No sirve el vino que alabo
sin amigos pa´ brindar
y sin tiempo a disfrutar
el hombre es solo un esclavo!
Mientras mis versos acabo
con la paisana cadencia
les dejo como sentencia
este último pensamiento:
¡No sea el dinero instrumento
que nos cause dependencia!

SERGIO GARIONE

lunes, 2 de noviembre de 2020

EL MITO DEL SAPO, LA SERPIENTE Y LA CÁRCEL IMAGINARIA.

EL MITO DEL SAPO, LA SERPIENTE Y LA CÁRCEL IMAGINARIA.

Por Andrea Palomas Alarcón*

 

Un antiguo mito, que México reclama para sus indios chocholtecos, habla de una lucha ancestral entre el sapo y la serpiente. Existen distintas versiones y lecturas de esta historia: el sapo, animal torpe, lento e inerme se ve amenazado por la serpiente, ágil y peligrosa. El sapo no tiene aguijones ni dientes, en cambio, la serpiente cuenta con  grandes colmillos de los que emana veneno.

La serpiente se duerme y el sapo traza a su alrededor un círculo de baba, asquerosa pero inocua. La serpiente despierta y se encuentra encerrada por una cárcel imaginaria, absurda, tan repugnante como inofensiva. Cada vez que pretende traspasar los límites impuestos por el sapo, éste le vomita una creciente dosis de baba pegajosa  hasta que la víbora sin entender los motivos pero sin atreverse a enfrentar tal kafkiano destino, muere  dentro del círculo. Algunas versiones afirman que se suicida inyectándose su propio veneno, otras que fallece de hambre en los límites impuestos por su exótico carcelero.

No voy a presumir de haber sido yo la que aplicó a la estrategia militar esta fábula. Lejos de ello quiero citar y reconocer en el General Heriberto Auel, militar, profesor universitario de estrategia ser el primero al que le oí esta alegoría aplicada  a la política de “Derechos Humanos” como guerra subversiva por otros medios.

La sociedad argentina se encuentra circunscripta a su círculo de baba que le han impuesto los grupos autodenominados “defensores de los Derechos Humanos”  los que no son otra cosa que el resabio de los grupos terroristas que quisieron tomar la Nación por las armas.

La domesticación que sufre nuestra sociedad frente a la “política de Derechos Humanos”  es producto de un largo proceso en el que ha intervenido la prensa, los medios culturales en general, la educación y, particularmente, la indolencia de quienes han preferido dejar hacer porque era más sencillo que recibir un baño de baba asquerosa.

¿Cómo explicar, sino, que se imponga por ley la mentira de los 30.000 desaparecidos? ¿Cómo explicar la morbosa exageración del caso Maldonado? ¿Cómo entender que un gobierno, que ha recibido un espaldarazo electoral como ningún otro en décadas siga postrándose ante hippies con carteles? ¿Cómo admitir que un organismo internacional que ya no debería existir, como la CIDH, le ordene liberar delincuentes y encarcelar inocentes?

La sociedad argentina vive presa en una cárcel ficticia  que han venido construyendo pacientemente desde que perdieron por las armas las “orgas” que hoy se llaman “organismos”. Han venido doblegando a la sociedad con un miedo real a amenazas virtuales que se aplican de a uno, sobre uno a la vez como ejemplo para disciplinar a los demás. Una maestra que pretendió dar a sus alumnos una clase de lo que fue el ataque al Regimiento de Infantería Mecanizada R29 de Formosa, otra maestra que mostró a sus alumnos un video sobre el terrorismo de los 70s, un veterano de Malvinas, hoy funcionario que habló de 22.000 mentiras, un profesor universitario que quiso poner en contexto la guerra antisubversiva describiendo los ataques terroristas; y así hasta el infinito. Todos salpicados de baba como ejemplo para que los demás se autocensuren, temerosos de emitir la verdad que perciben por sus sentidos y con su inteligencia. Temerosos de quién sabe qué. Nadie atina a explicar concretamente las consecuencias de liberarse de la mentira.

Las antiguas “orgas” hoy “organismos defensores de los Derechos Humanos” pueden estar complacidos, han perdido la guerra de las armas pero aprendieron el método de imponer su voluntad con armas de utilería, amenazando con enchastrar de baba a todo aquel que se salga del círculo que arbitrariamente marcaron. Crearon algo de la nada, sin nada, una “verdad” mítica admitida a fuerza de repetir sistemáticamente mentiras.

Esta no es una guerra que ellos hayan ganado sino que hemos perdido nosotros, por dejarnos dominar de a uno, por no tomar en cuenta nuestra fuerza y no jugarnos por la verdad y la justicia. Es una guerra perdida por comodidad antes que por diferencia de fuerzas.

La ciudadanía empieza a darse cuenta de que mientras dormía construyeron a su alrededor una prisión hipotética, ilusoria de la que no se sale sin mancharse la ropa.

Ya no podemos seguir rodeados por delincuentes con armas de juguete. Tenemos colmillos poderosos que debemos usar porque en esta insólita guerra, como  la serpiente de la fábula, nos jugamos la vida y el futuro nuestro, de nuestros hijos y nietos . El futuro de NUESTRA PATRIA AMADA 🇦🇷