Te entrego mi corazón para que lo sanes y liberes de todo miedo y angustia que lo hace ponerse inseguros ante las situaciones del mundo.
Ayúdame a cuidarlo, para que cada una de las palabras que emergen de él, sean una completa alabanza para y de provecho para todos.
Que hable siempre con prudencia y caridad. Tú, como buen dador, te acercas a mis dolores, eres el primero en auxiliarme y curar las heridas de mi alma.
Fijo la mirada desde ahora en Ti, en el Amor que proviene de tu sacrificio divino en la Cruz, en el consuelo y sanación de tus palabras de esperanzas.
Quiero transformarme por Ti y para Ti, transformarme en un discípulo amado que sepa aliviar las necesidades de los otros con compasión
No puedo decir que te amo sino amo a los que sufren, tampoco puedo poner la Ley o días de descansos por encima del sufrimiento de mi prójimo.